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Los nervios de Sus Majestades. El maquillaje de los monarcas suscitó una enorme expectación. Fernando Carrasco. ABC Sevilla


Las dos horas previas al comienzo de la Cabalgata son de un ajetreo extraordinario. Mientras a las antiguas cocheras de Tussam comenzaban a llegar cientos de niños acompañados de sus padres, los Reyes Magos iniciaban el ritual de maquillarse. Luis Miguel Martín Rubio, Antonio Morera Vallejo y José María del Nido Benavente -Melchor, Gaspar y Baltasar, respectivamente- se ponían en manos expertas. Muchas fotografías mientras comenzaban las labores, con el ruido de fondo de la algarabía propia de los chavales que, nerviosos a más no poder -ellos y sus padres, claro está-, intentaban ubicarse en sus sitios.

El camerino de los monarcas de Oriente se vio inundado de otros que tuvieron la suerte también se encarnar a los Reyes: Alberto Máximo Pérez Calero, Miguel Gallego, Francisco Baena Bocanegra, Bernardo Martín... todos con un brillo especial en la mirada al contemplar a sus «colegas» de reinado este año.

Poco antes de las cuatro y media de la tarde aparecieron los Reyes Magos en el estrado de la coronación. Junto a ellos, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín; el presidente del Ateneo, Enrique Barrero, y el coordinador de la Cabalgata, Juan Ortega, que también fue Rey Mago. También subieron la Estrella de la Ilusión, Macarena Martín Robles; el Gran Visir, Francisco Manuel Silva, y el Mago -la Maga- de la Ilusión, Ana María Alvarez Silván.

El nerviosismo estaba presente en los rostros de los monarcas. Alzaban los brazos mientras sus nombres eran coreados por las cientos de personas que se agolpaban a la salida de las cocheras, por donde debía iniciarse el recorrido del cortejo.

Sánchez Monteseirín coronó a Melchor (Luis Miguel Martín Rubio); Juan Ortega a Gaspar (Antonio Morera Vallejo) y Enrique Barrero a Baltasar (José María del Nido Benavente).

Tras la ceremonia, breve pero intensa, los ya coronados monarcas se aprestaron a subir a sus tronos en medio de las ovaciones que recibían por parte de los niños y niñas que esperaban en las carrozas.

El alcalde de Sevilla destacó «la enorme ilusión con la que todos los sevillanos, niños y mayores, esperamos esta tarde tan especial que precede a la noche más maravillosa. Sé que todo va a discurrir con normalidad y que la fiesta, la esperanza y los sueños van a ser los verdaderos protagonistas».

No se equivocó Sánchez Monteseirín. La Cabalgata de Reyes volvió a irradiar ilusión a raudales.

Mas info en: www.abc.es/sevilla










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