La Cabalgata que fue al revés. Gloria Gamito. ABC Sevilla

El cambio de itinerario de la Cabalgata de los Reyes Magos ha tenido división de opiniones como en los toros. A muchos ciudadanos de zonas cercanas a la ronda histórica el cambio de hora no les ha sentado bien. En Los Remedios y Triana, sin embargo, ha sido acogido con verdadera alegría por comerciantes y vecinos en general. Bares y establecimientos estaban llenos a rebosar y la animación era muy grande.

Dado el buen tiempo que hizo ayer y el sol que acompañó la jornada, muchas familias acudieron al Parque de María Luisa a ver la Cabalgata, en parte para no sufrir la aglomeración de público que suele congregarse a la salida. Bien abrigados, niños padres y abuelos disfrutaron de las carrozas en un escenario que años anteriores estaba más desangelado de público por el frío y la hora tan tardía que pasaba.

En Los Remedios la gente cogía sitio para ver el cortejo desde las cuatro y media de la tarde. A los vecinos del barrio se unieron numerosas familias que tienen familia allí o que simplemente decidieron que la calle Asunción era un buen sitio y una buena hora para aclamar a los Reyes Magos.

Mucha gente aprovechaba que tenía un buen sitio para ver el desfile a la vez que pretendía ultimar sus compras, porque siempre suele quedar algo pendiente. En general, los comerciantes estaban contentos por el cambio de hora. Para María del Rosario Amador, señora de Román, de Román joyero, en Virgen de Luján el cambio de itinerario es un gustazo «porque los niños todos los años tenían mucho que esperar y este año se merecían ser los primeros». Respecto a que la hora más temprana beneficiara a su negocio, aseguró que no influía.

Pero para muchos comerciantes el que la Cabalgata pase a esta hora beneficia al negocio y viene bien a las ventas. Así opina Cristina Gamaza, de la Óptica Gamaza de Virgen de Luján, que señaló que ayer había sido un buen día y la afluencia de público siempre es buena. También son de esa opinión Consuelo, de Reyesol novias; Isabel, de Complementos, y Pilar Rosales de la perfumería Marionnaud, que piensan que si hay más gente hay más movimiento y que «es fabuloso que sea tempranito y los niños del barrio disfruten».

Macarena Cutiño, de Al- Sur, en la calle Asunción, también se alegraba de que la Cabalgata pasara de día, ya que luego la gente aprovechará para hacer sus últimas compras: «Es una zona bonita y comercial para que pase de día, aunque otros años hemos vendido hasta las once de la noche y este año no será así, cerraremos antes».

La dueña de Pibe, aunque opinó que podía ser bonita de día, evocó la magia de la Cabalgata de noche. Delante de su tienda puso sillas. Cayetana y Álvaro, con unos ojos como luceros, esperaban ansiosos a los Reyes. Su madre opinaba que para los niños es mejor por la tarde, al igual que Penélope y Raquel, de Camerino.

El retraso que propició la rotura de la rueda de la carroza del Quijote levantó comentarios entre el público que vió la cabalgata en Los Remedios y Triana. Todos se acordaban del parón del año pasado y temían que volviera a repetirse. También se comentó con pena que la carroza del Quijote fuera por segundo año consecutivo la gran daminificada del desfile.

Los niños y los caramelos

El recordado José Jesús García Díaz, que fue presidente del Ateneo y durante muchísimos años el alma mater de la Cabalgata de la Docta Casa en la que se volcaba ayudado por toda su familia, decía que la Cabalgata son «los niños y los caramelos», y esa frase sigue siendo certera. Los niños fueron ayer los auténticos protagonistas de la fiesta. Todo giraba en torno a ellos. Los vendedores de globos hicieron su agosto en enero. Entre los más novedosos se encontraban los que tenían forma de móvil. Y los niños y los que volvieron ayer a serlo disfrutaron con la música de las bandas y la marcha de los beduínos: además del Chihuahua, tocaron la sintonía de Pasión de Gavilanes, el famoso ¿Quién es ese hombre?, villancicos, Paquito el chocolatero y hasta fandangos.

Los caramelos también tuvieron un lugar importantísimo. Niños, adultos y mayores eran máquinas recolectoras de ellos. Y los tiraban todos los miembros del cortejo incluidos los húsares del escuadrón San Fernando.

Por otra parte fueron muchísimos los sevillanos que ayer acarrearon caramelos de un lado a otro de la ciudad para que sus hijos que iban en el cortejo no se quedasen sin ellos. Algunos iban con los caramelos en bolsas de basura y otros lleaban carritos de la compra para no quedarse sin espalda. Muchas familias adornaron sus balcones con globos y en la calle Asunción se tiraron papelillos y serpentinas al paso del cortejo. También hubo balcones adornados con bufandas del Betis y en algunas zonas cierta crispación por la rivalidad futbolística.

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