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Un pasacalles sustituyó a la comitiva real. Noelia Márquez. Diario de Sevilla


La intensa lluvia frustró ayer una cita histórica de la cabalgata de los Reyes Magos en el Polígono Sur. Por primera vez el Ateneo, institución responsable del desfile en la ciudad, cedió diez de las carrozas que inundaron de color y caramelos las calles de Sevilla el pasado cinco de enero para que ayer repartieran ilusión en las barriadas más deprimidas.

Desde las nueve de la mañana las familias que se acercaron al colegio Paz y Amistad miraban al cielo con resignación, ataviadas con kilos de caramelos y mucha ilusión que repartir entre los vecinos. Ante la lluvia persistente los organizadores decidieron aplazar la cita de Melchor, Gaspar y Baltasar. La salida será mañana domingo a las once de la mañana y en el recorrido la mágica comitiva cruzará las principales calles de la zona.

El mal tiempo no pudo con el entusiasmo de cuarenta pequeños que acompañados por sus familiares desafiaron a la lluvia y al frío en un pasacalles improvisado para informar a los vecinos que la cabalgata había sido aplazada. Al ritmo de tambores, beduinos de todas las edades hicieron suyas las calles de Martínez Montañés por una mañana, acompañados por tres patrulleros de la Policía Local. "Es el despertar de nuestros niños, que también tienen derecho a disfrutar", señaló ayer un vecino de la zona, José Manuel González, quien continuó afirmando que "tenemos que seguir peleando para que los menores de estos barrios no caigan en la delincuencia ni en la droga".

La donación de las diez carrozas (los tres tronos de los Reyes Magos y un paje, la Estrella de la Ilusión, la Princesa Cisne, Harry Potter, Aladín, Tren y Peter Pan) se ha convertido en un símbolo para muchas familias de este sector de la ciudad que observan en esta iniciativa "un paso muy importante ante la discriminación que sufrimos la mayoría de los que vivimos aquí, que somos familias trabajadoras", incidió José Manuel González. También es la opinión de Elena Ocaña, que se sumó al pasacalles acompañada por su nieta Alba, de nueve años, y para quien la iniciativa del Ateneo "significa la ilusión de los niños. Estas medidas son necesarias, desde hace muchos años el barrio está marginado y abandonado", añadió. A las reivindicaciones de los vecinos también se sumó Ramón Ronda, párroco en la iglesia Jesús Obrero, quien señaló la necesidad de normalizar el barrio para que los niños puedan jugar en la calle y sus padres puedan pasear como el resto de los ciudadanos. Al final de la mañana salió el sol, y aunque el público era escaso, los beduinos no desistieron en continuar de manera espontánea repartiendo caramelos y animación por las calles Orfebre Cayetano González, Escultor Sebastián Santos, para continuar por Manuel Falcón hasta llegar la Ronda de La Oliva. Además del pasacalles, los miembros de la Asociación Cultural Jesús de la Bendición y Esperanza repartieron durante la madrugada de la víspera de la epifanía un total de 618 juguetes a pequeños entre 216 familias desfavorecidas en la zona.

Ana María Pérez, madre de uno de los beduinos más pequeños, concluyó: "pese a que el día comenzó gris y con caras tristes, la jornada terminó con ilusión para un barrio que lo necesita".

Mas info en: www.diariodesevilla.com

 










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