Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • sábado, 20 de abril de 2024
  • faltan 358 días para el Domingo de Ramos

La Escuela Diocesana de Hermandades y Cofradías: Una iniciativa feliz. Jesús Luengo Mena


 Este curso 2014-2015 se ha puesto en marcha una iniciativa promovida por el arzobispo de Sevilla, en la que él mismo ha expresado que tiene cifradas muchas ilusiones.

Los estudios, de dos años un día a la semana, forman parte de la oferta académica del Instituto Superior de Ciencias Religiosas “San Isidoro y San Leandro”, como curso de extensión pastoral. Este primer curso es común tanto para la Escuela Diocesana de Catequesis “San Leandro” como para la Escuela Diocesana de Liturgia “San Isidoro” y la que ahora nos ocupa, la Escuela Diocesana de Hermandades y Cofradías, puesta bajo el patronazgo de San Fernando. Las tres escuelas tienen un primer curso común de fundamentación teológica que sigue la estructura del Catecismo de la Iglesia Católica. El segundo curso será de especialización. Además, para obtener el diploma se deberán cursar dos asignaturas del Instituto.

El destinatario natural de esta escuela son los miembros de juntas de gobierno, cofrades en general y, muy especialmente, los candidatos a formar parte de las juntas de gobierno de nuestras hermandades. Hasta aquí la información, que puede completarse en la web de la archidiócesis.

Pero el objetivo de este artículo no es difundir la existencia de la escuela, ya en marcha y que tuvo bastante difusión en el pasado verano.

Se trata ahora de ver, pasados unos meses, qué respuesta ha dado el mundo cofrade sevillano a esa escuela. La iniciativa era “un melón a catar”, como popularmente se dice de algo que no se sabe el resultado. Y puede responderse, categóricamente, que la respuesta ha sido muy importante. De un aula llena casi a reventar, la gran mayoría de los asistentes pertenecemos a la Escuela Diocesana de Hermandades. Aunque la secretaría del Instituto tiene los datos fidedignos, casi un 80% de los asistentes corresponde a ese sector. Y no ha hecho más que empezar.

Se rompe así el tópico existente, quien lo tenga, de que a los cofrades sólo nos importan los quinarios, las bandas de música, los palios y los tiempos de paso por Carrera Oficial. La formación parece que se recibía a regañadientes, por cumplir. Nada de eso es cierto. Al curso asistimos cofrades anónimos, miembros de juntas de gobierno, exhermanos mayores y hasta un pregonero de la Semana Santa.

Hay ganas de formación teológica y doctrinal seria, sistemática. También proliferan actualmente los foros y ciclos de formación cofrade, organizados conjuntamente por varias hermandades agrupadas a tal fin, que llenan capillas y salones de actos.

Aunque siempre quedan cosas por hacer, puede afirmarse que se está viviendo una edad, si no de oro, sí al menos de plata, en cuanto al tema formativo de los cofrades. Por fin esta asignatura pendiente dentro de los fines de las hermandades (culto, caridad y formación cristiana) parece que remonta imparablemente.

En definitiva, una iniciativa feliz de la cual el arzobispo y sus colaboradores, junto a la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías y el propio Consejo de Hermandades, pueden sentirse satisfechos. Sólo queda animar, para el próximo curso, a los indecisos o reticentes: vale la pena.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.