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Provincia. Nuestra Señora del Monte paseó por su pueblo de Cazalla de la Sierra tras el día de la Función


Manuel Pinto Montero. El pueblo serrano de Cazalla de la Sierra se vistió de gala el pasado sábado con motivo de la gloriosa procesión de su venerada Patrona, Nuestra Señora del Monte. Cuenta la leyenda que en 1635 un pastor encontró una imagen de la Virgen en unas piedras frente a la actual Ermita de la Virgen. El 19 de agosto de ese mismo año es nombrada Patrona de Cazalla de la Sierra. Pero según la documentación la Hermandad de Nuestra Señora del Monte existía al menos un siglo antes. La venerada imagen goza de gran fervor entre los cazalleros y en su honor celebran una de las más populares romerías de la Sierra Norte sevillana.

Cuando la luna se adueñó del pueblo de Cazalla de la Sierra la Virgen del Monte iniciaba la gloriosa procesión desde el Templo de Nuestra Señora de Consolación al que llegó el pasado mes de agosto. Numerosos devotos llenan los rincones de este pueblo para contemplar el transitar de la bella imagen de la Santísima Virgen. Nuestra Señora del Monte es obra del hijo de Antonio Castillo Lastrucci, tallada en el año 1937. La anterior imagen desapareció en los sucesos del 36. La actual imagen del Niño Jesús es obra del alcalareño Manuel Pineda Calderón del año 1938.

La Santísima Virgen procesiona en un coqueto paso con respiraderos de plata y alumbrada por candelabros de guardabrisas en las esquinas. Este año la Virgen fue portada sobre la peana de plata que estrenó el pasado año en su traslado a la Ermita. A cada lado de la Virgen dos ángeles portaban faroles de plata cedido por la Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús de Sevilla. El paso estuvo exornado con claveles blancos y jazmines, mientras que en las esquinas los nardos perfumaban las calles de Cazalla. Dos pequeños angelitos sostuvieron ramos de jazmines a las plantas de la Virgen del Monte. 

La Virgen del Monte lució saya blanca bordada y manto rojo bordado en el siglo XVII. Sobre sus sienes porta corona que combina la plata y el oro, en su mano derecha cetro dorado y en su mano izquierda al Santísimo Niño que lucía túnica de la misma tonalidad que las vestiduras de la Virgen, sobre sus sienes corona de oro. Una hermosa ráfaga de plata sobredorada enmarcaba a la Reina de Cazalla de la Sierra.

Los sones de la Sociedad Filarmónica de Nuestra Señora de la Oliva de Salteras pusieron sonido a una noche llena de fervor y devoción a la Virgen del Monte. Calles engalanadas con flores de papel, arcos y pancartas recibieron a la Patrona de los cazalleros. A los sones de Encarnación Coronada llegaba a las puertas del Convento donde la recibía la Hermandad de Jesús Nazareno mientras todo un pueblo arremolinado a su lado cantaba la popular salve. En la calle Cervantes fue agasajada con una lluvia de pétalos mientras sonaba Triana de Esperanza y la Virgen recibía las ovaciones de sus devotos.

Será a finales de octubre cuando la Virgen regrese a su Ermita portada a hombros por el camino que separa su pueblo del lugar donde la Santísima Virgen quiso que fuese venerada por Cazalla de la Sierra.

Fotos: Manuel Pinto Montero.










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