Cuando hasta para jugar a los pasitos se necesite un mínimo de dignidad

Eduardo Fdez. López. Sevilla si no fue la primera es de las pioneras en la creación de asociaciones cofrades por los barrios de la ciudad, sobre todo del extrarradio.

Pero desde que hace unos años una de ellas diera un paso más adelante y procesionara por el mismo centro de Sevilla estas comenzaron a estar en el punto de mira de muchos, incluido el Arzobispado que les recomendó buscar el camino correcto.

Un camino que sólo tiene un destino, el de entrar en la Iglesia y formar parte de ella, con imágenes o sin ellas, pero es el único camino que las puede llevar a tener un futuro realmente digno.

Un objetivo difícil pero que algunas ya lo han conseguido, otras siguen intentándolo con mayor o menor ímpetu y otras ni siquiera se lo plantean, caso aunque siempre hablando desde el desconocimiento, de la que pudo verse en el día de ayer por las calles del centro de Sevilla.

Era la Asociación Cultural Cofrade de Nuestra Señora del Carmen y una de sus imágenes titulares, el Cristo de las Ánimas sacaron en procesión por calles como Feria, Santa Ángela de la Cruz, Regina, las Setas, bonito recorrido ¿verdad?, para una llamémosle imagen que no sabemos que representa, tambaleándose, con una cruz a sus pies, de tamaño menor del natural y cuya calidad artística mejor defínanla ustedes mismos viendo las fotografías que ilustran este artículo.

¿Algún miembro de la asociación se ha parado en pensar lo que ayer hicieron?, aparte de hacer que chavales que aspiran a ser costaleros se entrenen y se formen para algún día poder llevar sobre ellos a las imágenes que veneran,  a que los cofrades disfruten escuchando los sones de una buena formación musical y a que en general un grupo de personas sepan lo que es sacar un paso a la calle.

Porque con esto queda demostrado que la intención es solo esa, el sacar un paso a la calle dándole igual lo que encima lleve, queda bastante demostrado y eso, miembros de la asociación, no hace ningún bien a la Semana Santa de Sevilla, porque en un 28 de febrero los turistas que pasearan por Sevilla y se encontraran con la procesión se van con una mala imagen de nuestra Semana Santa.

Y ya no solo de la Semana Santa, sino de las mismas asociaciones cofrades, mal llamadas ilegales a las que este tipo de espectáculo también les hace daño, ya que muchas, aunque al margen de la Iglesia saben hacer bien las cosas.

Y es que ya el ímpetu de sacar un paso a la calle está provocando que le perdamos el sentido a lo que realmente es, el llevar a una imagen sagrada, y aunque no lo fuese, a personas para que la veneren, para que le pidan y le recen porque representan a una imagen de Dios o de su bendita madre.

¿El Cecop?, ¿El arzobispado?, o mejor sería preguntarse si esto se puede impedir, que conste que no quiero que se prohíba la creación y posterior procesión de las asociaciones a las que siempre he defendido, pero sí que algún día se pida un mínimo de calidad para poder realizar un acto así de carácter externo, porque los imagineros también tienen que comer y porque no se puede jugar con la fe de las personas ni con la religiosidad popular de la que con mucha honra podemos presumir en nuestra ciudad de Sevilla.

Fotos: Miguel Ángel Osuna.

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