El Cornetín de la Centuria. Juanma Rull

Sin duda para muchos de vosotros no habrá pasado nunca desapercibido. Se trata de ese niño que tiene todos los años el privilegio de servir de acompañante ni más ni menos del Capitán de la Centuria Macarena.

Como curiosidad cabe señalar, para empezar, que no es solo un niño el que goza de este privilegio. Cada madrugada son dos, uno hace el camino de ida y otro el de vuelta hasta la Basílica Macarena.

¿Y por qué os cuento esta historia? Pues os la cuento porque este año se dará un caso muy especial, una de esas historias con solera sevillana de las que pasan desapercibidas si alguien no la conoce y si otro, como el que les escribe, no hace de portavoz de la misma. Este año uno de esos niños será el biznieto de uno de los más famosos Capitanes que parió esta Centuria: "El Pelao".

Daniel, que así se llama el chiquillo, será el seguidor de una saga de Armaos Macarenos que continua con la tradición hasta nuestros días; su abuelo también formó parte de la Centuria y su padre lo sigue haciendo en la actualidad.

No las tenía todas consigo: Un cuerpo espigado para su edad le hacía temer que la coraza no fuera de la talla apropiada. Pero en la Macarena cuentan con el “latero”, el Marmolejo de la Centuria que es capaz de lograr que cada traje, cada casco, esté a la justa medida del portador.

Seguramente no será consciente, porque es un niño, de la importancia del momento. Seguramente, solo sueña con ponerse la coraza y el casco de plumas y pasearse por Sevilla sintiéndose más macareno aún... Seguramente nadie se percataría de dicha historia, si no la conoce de primera mano...Lo que sí es seguro es que, por unas horas, no hará falta llevar veintiuna plumas en el casco para sentir lo que es ser Capitán; su padre lo será en el momento que lo vea salir de su casa vestido de Armao.

Seguro que “el Pelao”, verá con orgullo desde el cielo su legado…su herencia…

Las cosas de Sevilla, nuestras tradiciones...que nunca falten...

Juanma Rull