Crónicas desde la Campana. Martes Santo. Daniel García Acevedo

Cuando a las 11,30 horas se abrieron las puertas de la parroquia del Cerro del Águila, con veinte minutos de adelanto sobre lo previsto, y comenzó a salir la Cruz de Guía con un sol radiante, nadie podía imaginar lo que nos tenía preparado la climatología.

Tras un primer susto en el que cayeron cuatro gotas mal contadas, pero en el que las nubes eran negrísimas, la hermandad del Cerro decidió refugiarse en la Catedral, aunque la Virgen antes de entrar en el primer templo de Sevilla, hizo una parada en la Universidad para, posteriormente, agruparse con el misterio en la Catedral.

El resto de hermandades que salían entre las 15 y las 16,30 horas, aplazaban las decisiones, salvo la de los Estudiantes que definitivamente anunció que no saldría este año.

Con las hermandades de San Esteban y los Javieres en la calle y la de San Benito con sus dos primeros pasos fuera, cayó un fuerte aguacero de una media hora aproximadamente de duración que desfiguró la jornada. Los Javieres y San Benito se volvieron sobre sus pasos para volver a entrar en sus templos y la de San Esteban, que estaba ya próxima a la Campana, se refugió en la Anunciación. A la hora de la lluvia, la corporación del Cerro del Águila emprendía su regreso al barrio pero al comenzar a llover entrarían de nuevo en la Catedral para suspender el retorno hasta que el Cecop coordine día y hora.

Tras este fuerte chaparrón, el día se quedó mas despejado por lo que San Esteban volvió a su templo y la Candelaria y Dulce Nombre salieron para completar la estación de penitencia. Sin embargo, Santa Cruz quiso ser más conservadora y no salio este año a las calles de Sevilla.

Por ello, la primera en llegar a la Campana fue la Candelaria, que pidió la venia a las 21,28 horas. Abrió el cortejo la banda de cornetas y tambores Madre de Dios de los Desamparados. El Señor de la Salud pasó a los sones de la banda de las Tres Caídas que tocó un total de tres marchas, tras la levantá en el palquillo. El exorno floral estuvo compuesto por claveles rojo sangre de toro. La Virgen de la Candelaria pasó con un buen andar que despertó los aplausos de los pocos abonados que nos encontrabamos en ese momento. La banda de la Cruz Roja tocó las marchas “Pasan los Campanilleros”, “Candelaria” y “Virgen de la Paz” esta última ya en Sierpes. Rosas para la Virgen de la Candelaria.

A las 22,33 horas pidió la venia la hermandad del Dulce Nombre, varios minutos después de que el palio de la Candelaria hubiera pasado. El paso de misterio pasó con dos marchas interpretadas por la banda de las Cigarreras, con un andar elegante de la cuadrilla de hermanos costaleros, que fue aplaudida. El Señor lució túnica bordada granate. Agradaron mucho los angelitos en la canastilla del paso realizados por Manuel Lara. También se notó la restauración del dorado por Enrique Castellanos. La Virgen del Dulce Nombre procesionó por primera vez tras su restauración por Carmen Bahima. Igualmente la imagen de San Juan, restaurado por la misma artista. Llevó los tradicionales claveles rosas. La banda de música de la Oliva de Salteras tocó las marchas “Como tú, ninguna”, “Virgen de la Paz” y “Procesión de Semana Santa en Sevilla”, levantando los aplausos del público. Se le lanzó una petalada desde un balcón de la Confitería la Campana. A las 23,35 horas terminó este cortísimo Martes Santo en la Campana.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.