Provincia. Écija arropó al Santísimo Cristo de la Salud en su tradicional Bajada

Manuel Pinto Montero. El cuarto domingo de Cuaresma, o el domingo de Laetare, tiene lugar una bella tradición que guarda con celo la ciudad de Écija, como es la Bajada de su altar del Santísimo Cristo de la Salud, de gran veneración en la ciudad. A las cuatro de la tarde, puntual a la cita, la Parroquia de San Gil fija su mirada en la capilla de la Hermandad donde el Santísimo Cristo de la Salid desciende lentamente a los hombros de los numerosos hermanos que lo esperan.

La talla del Crucificado, datada en el siglo XVI, es portado en peana de madera tallada y dorada sobre cruz plana del siglo XVIII. Una vez que es descendido se inicia una procesión por los aledaños del Templo de San Gil donde muchos fieles esperan su paso y lo portan sobre sus hombros. Este día es muy esperado por los vecinos del Altozano de Écija que por unos instantes acompañan a una de las imágenes más venerada de la ciudad.

Tras recorrer las calles aledañas de la Parroquia de San Gil el Santísimo Cristo de la Salud es colocado en el altar mayor desde donde presidirá el solemne quinario. Una vez en el altar mayor los otros titulares de la Hermandad de San Gil son trasladado desde la Capilla al altar mayor atravesando las naves del Templo. La talla de Jesús en la Coronación de Espinas es anónima del siglo XVIII, reformada en el siglo XIX.

Tras la Coronación camina Nuestra Señora de los Dolores, una bella dolorosa del siglo XVII o principios del siglo XVIII. Para esta ocasión luce la dolorosa el ropaje habitual de esta época, portando sobre su pecho un bello corazón de plata.

En el altar mayor de San Gil pueden contemplarse las imágenes titulares de la Hermandad para la celebración de su quinario y a la espera de una nueva tarde del Miércoles Santo donde un barrio acompaña a su Cofradía durante la Estación de Penitencia.

SANTÍSIMO CRISTO DE LA SALUD

CORONACIÓN DE ESPINAS

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

HERMANDAD DE SAN GIL

Fotos: Manuel Pinto Montero.