Entrevista a Manuel Román Silva. "La Semana Santa está saturada". Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla.
Pasan los años y se nota que le pierde reparos a expresarse con mayor contundencia sobre algunos asuntos peliagudos a priori. La prueba es que califica de "síntoma de debilidad" la necesidad de sacar imágenes durante todo el año.
-Después de seis años al frente del Consejo, ¿se hacen más o menos obras sociales?
-Se hacen más. La publicación del Libro Blanco de la acción social de las hermandades fue muy significativa y supuso un revulsivo. En el Polígono Sur los acontecimientos no han ido a la velocidad deseable, porque aún no hay una ejecución directa del Plan Integral del Polígono Sur. El comisionado Maeztu nos ha dicho que dentro de unos meses tendremos una parcela para que las cofradías trabajen. Vamos a acompañar a muchas personas que están solas. No se trata de dar, sino de darse. Es un reto. He ido ya varias veces al Polígono Sur y cada día tengo más clara la necesidad de nuestra presencia allí.
-En 2007 conoceremos un monumento aparentemente intocable, como es la Plaza de Toros, con reformas ya ejecutadas. ¿Será también el año en que la Semana Santa, supuestamente también intocable, aumente en cuanto al número de cofradías?
-(Silencio dubitativo) Las hermandades de nueva creación deben tener su actuación y realizar su estación de penitencia en su entorno, en su zona. Tan sólo en casos de hermandades próximas a la Catedral podrían realizar la estación a la Catedral. La Semana Santa está bastante saturada, así lo entiendo. Desde luego, en el Consejo no nos agrada la idea de cofradías yendo a la Catedral antes del Domingo de Ramos. Hay dos opciones: o se integran dentro de los días de Semana Santa o se quedan por sus respectivas zonas.
-Parece que a la hora de tomar una decisión sobre la incorporación de nuevas cofradías, ni el Arzobispado ni el Consejo quieren tener la última palabra.
-La potestad es del Arzobispado. Bien es verdad que el señor cardenal nos faculta para que informemos . Y así actuamos.
-¿Le molestó que el Resucitado negociara por su cuenta apoyos para lograr su integración en la nómina del Sábado Santo?
-Ellos llevan muchos años con esta idea. Hemos sido contundentes en el informe sobre cuál es el sitio natural de esta hermandad. Y ese sitio es el Domingo de Resurrección o bien una vez acabados los cultos litúrgicos en la Catedral.
-¿Necesitaba la Madrugada de un Manifiesto de los seis hermanos mayores para recuperar público cofradiero en la calle?
-Entiendo a quienes quieren rescatar la Madrugada, valga la expresión. La alusión a un Manifiesto puede sonar muy rimbombante Está claro que a nadie se le puede obligar a salir a la calle. Se trataría sólo de una invitación. El Manifiesto no puede obligar a nadie.
-Sobre todo porque no ha salido adelante por la oposición del Silencio y de la Macarena.
-Ignoro esos detalles, pero sólo hubiera visto ese mensaje como una idea romántica que no podría ir a más en cualquier caso.
-¿Y usted personsalmente ve tan mal las calles en la Madrugada?
-No están tan mal, pero podrían estar mejor. Al hacer los medios una labor muy buena por televisión y al haber mucha gente que prefiere salir a primera hora de la mañana, es verdad que ocupan las calles personas no muy deseadas. Hay indicios que apuntan a reacciones reprobables esa noche.
-El Consejo ha tenido que pedir dos préstamos bancarios en 2005. ¿Le ha sorprendido el mal resultado económico del primer año en que ustedes han gestionado directamente la explotación de la carrera oficial?
-El esquema del cambio de explotación de la carrera oficial se tuvo que hacer precipitadamente. No hubo más remedio que realizar inversiones importantes que en principio no iban a ser necesarias.
-¿Quiere decir que la empresa Arcasur no colaboró y les puso chinas en el camino?
-El resultado no ha sido el pretendido en el primer año. Ha habido una distorsión, pero el Consejo estará saneado en dos años.
-¿Hay forma de frenar el exceso de procesiones todo el año?
-La Semana Santa ha existido siglos por la necesaria comunión entre la ciudad y las manifestaciones religiosas. Me preocupa la saturación y la excesiva exteriorización de las manifestaciones con las imágenes. Que cada vez que haya que conmemorar algo saquemos a las imágenes a la calles es un signo de debilidad. No son buenas tantas salidas extraordinarias.
-¿Le gustan las innovaciones priostiles como la de colocar en un culto una Virgen sentada?
-(Largo silencio) En todo esto está casi todo inventado. Los cánones para movernos son muy concretos y establecidos. Particularmente, me choca cuando veo esos cambios tan bruscos en una imagen.
-¿Qué desanima más cuando se es presidente del Consejo?
-La incomprensión y el no saber explicar bien lo que uno pretende realizar. Se cae en la soledad.
-¿El proyecto de ampliación de la carrera oficial es puro humo avivado por el Ayuntamiento?.
-No creo. La Delegación de Fiestas Mayores tiene ese proyecto incluido en su plan director. Para nosotros no han cambiado las condiciones al respecto desde que se pronunciaron negativamente los hermanos mayores en un pleno. El perjuicio sería serio para muchas cofradías, más aún cuando se pretende que los cortejos reduzcan el tiempo de estancia en la calle.
-El Consejo se queja a veces de las injerencias del Ayuntamiento, pero luego son los cofrades los que piden ver al alcalde, como hará la Esperanza de Triana este viernes para explicarle los detalles del vía crucis, una audiencia no muy habitual. A usted le gusta una separación entre políticos y cofradías, pero hemos visto en noviembre al alcalde portando al Cachorro.
-Una cosa es lo que diga el presidente y otra la realidad. No es que haya que apartar a los políticos de las hermandades. Hay que convivir. Si las hermandades piensan que los políticos han de estar dentro, ellas sabrán. Pero yo no comparto ese punto de vista.
-¿Evidencian una Semana Santa decadente el exceso de procesiones, la oferta de parking para los potenciales votantes de una candidatura y la alta frivolidad de muchos de los contenidos cofradieros en Internet?
-Son reflejo de que cada día se le da menos importancia a las hermandades. Desgraciadamente impera un exceso de exteriorización de las imágenes y de sobrevalorar elementos que debieran ser absolutamente secundarios. Se ha perdido la naturalidad en los procesos electorales de las hermandades, por lo que se crean situaciones artificiales como la que cita.
-¿Hace falta recristianizar las hermandades, como ha reclamado públicamente un foro?
-Lo que hace falta es que vivamos más intensamente la fe dentro de las hermandades, que son un buen cauce para llegar a Dios.
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