Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • sábado, 20 de abril de 2024
  • faltan 358 días para el Domingo de Ramos

Provincia. Los Molares se rindió a las plantas de su Alcaldesa Perpetua, la Santísima Virgen de Fátima, en el Centenario de las Apariciones


Manuel Pinto Montero. El pasado 13 de octubre será recordado por largo tiempo en el pequeño pueblo de Los Molares que amaneció completamente engalanado para recibir a su Alcaldesa Perpetua con motivo del Centenario de las Apariciones. Cohetes en el aire y repiques de campanas anunciaban el día grande para todos los devotos de la Santísima Virgen de Fátima que aguardaba en el presbiterio del Templo Parroquial de Santa Marta la llegada de su salida procesional extraordinaria.

Se contemplaba en la Parroquia una estampa histórica, poco habitual, ya que la Virgen de Fátima sólo abandona su Templo el día grande de la Romería para ser portada en carreta tirada por bueyes hasta el paraje de Piedra Hincá. En esta ocasión procesionaba sobre paso portada por costaleros recordando aquella estampa ocurrida en el año 2003 cuando la Santísima Virgen de Fátima recorrió por última vez en paso procesional y portada por costaleros las calles de Los Molares.

Catorce años después aquella vieja estampa volvió a repetirse cuando a las siete y veinte y cinco de la tarde el paso se elevaba en el presbiterio y el delirio se adueñaba de un Templo lleno de fieles que no cesaban de vitorear a la Santísima Virgen de Fátima. Antes de abandonar la Parroquia la Virgen de Fátima volvió su mirada a la Capilla Sacramental para rendir pleitesía al Santísimo Sacramento. Poco a poco fue avanzando por la nave del Templo hasta llegar al dintel al filo de las ocho menos veinte y cinco siendo recibida por todo un pueblo y a los sones de la Banda del Carmen de Salteras.

Las campanas de la torre de Santa Marta anunciaban en medio de la campiña sevillana un día para el recuerdo de todos los devotos de la Virgen de Fátima. La venerada imagen fue un regalo a la Parroquia de Los Morales en el año 1947. Desde 1971 se celebra la popular Romería en su honor y se crea la Agrupación para la organización de sus cultos. Gran fervor el que despierta la Santísima Virgen de Fátima en el pueblo de Los Molares. Este fervor hizo que el 12 de abril de 2002 fuese nombrada Alcaldesa Perpetua de la Villa de Los Molares y que le fuese entregada la Medalla de Oro de la Villa el 10 de mayo del año 2003.

Para esta ocasión Nuestra Señora de Fátima procesionó sobre paso cedido por la Asociación María Auxiliadora del Colegio Divino Salvador de Utrera combinando la plata de sus respiraderos y la madera tallada y dorada de la canastilla y los candelabros de guardabrisas elementos cedidos por la Hermandad Sacramental de Santa María de Mesa y la Hermandad de Los Aceituneros de Utrera. La Santísima Virgen era elevada por peanas de plata y madera dorada. El paso estuvo bellamente exornado con flores blancas. En sus manos la Santísima Virgen portó un rosario y sobre sus sienes una corona de oro que le fue impuesta en la Coronación popular que tuvo lugar en el Templo Parroquial de Santa Marta.

Nuestra Señora de Fátima procesionó por las principales calles de la Villa de Los Molares que se engalanaron para tan magna ocasión. Especialmente bello fue el transitar por la calle del Reloj donde fue recibida con pétalos y un castillo de fuegos artificiales. Numerosos fieles la arropaban en su procesionar sin dejar de vitorear a la Santísima Virgen. A la entrada de San Juan de Ribera se le rezó cantando desde uno de los balcones para continuar poco después hacia la Avenida de Andalucía y la calle Real buscando de nuevo el Templo Parroquial.

Fuegos artificiales y vivas la acompañaron por la calle Real cuando a los sones de Encarnación Coronada llegaba al retablo cerámico que en el Castillo se levantó en su honor. Allí se rezó la Salve a las plantas de la Santísima Virgen de Fátima. Continuó por la Plaza del Duque de Alcalá con el repicar de las campanas de la torre que anunciaba su llegada. Fuegos artificiales y cohetes en el última revirá para subir la calle Iglesia con sones macarenos. La procesión llegaba a su fin tras tres horas de gloria en las calles de Los Molares. Con paso lento y con los cuerpos a tierra los costaleros salvaban el dintel del Templo Parroquial y devolvían el tesoro más preciado por los molareños.

Una última chicotá a los sones de Encarnación Coronada donde todo el pueblo rezó la Salve antes de arriar los zancos en la nave del Templo y finalizar un sueño que hace cien años comenzó en Cova de Iría y tiene en Los Morales un fiel relejo de la fe y la devoción de un pueblo a la Santísima Virgen de Fátima.

Fotos: Manuel Pinto Montero.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.