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Ana Cerrejón nos explica como realizó el lábaro para el San Juanito de la Hermandad del Amparo


Ana Cerrejón Lozano. La insignia que conocemos con el nombre de lábaro proviene de la época del emperador Adriano y era una insignia a modo de estandarte representativo del emperador, por lo que nos transmiten los historiadores se conformaba por una pértiga larga cruzada en la parte superior por una vara de la que pendía un paño con el emblema del emperador y remataba generalmente por laureles y águilas (algo muy parecido a lo que conocemos actualmente como Senatus).

Posteriormente cuando Constantino abrazó el cristianismo, está insignia se reconvirtió morfológicamente recordando a la cruz de Cristo, remataba con el Crismón y la tela que se colgaba de sus brazos llevaba inscritas frases alusivas al Salvador.

Fue para mí una gran sorpresa ,y siendo hermana cómo soy de la Hermandad del Amparo una gran alegría y responsabilidad al mismo tiempo.

La imagen (Roldanesca) me hizo mucho que pensar y llegué al convencimiento de que la insignia que proyectará tenía que cumplir varios requisitos. Uno y el principal era el no restarle protagonismo al San Juanito y que fuera un mero complemento, otro y no menos importante sería basarme en la platería de piezas de aquella época para que no desentonaran los estilos. También había que realizarla en un tamaño equilibrado teniendo en cuenta la postura del Santo y el pequeño hueco de la hornacina. Así que hizo falta hacer una maqueta para ver el conjunto in situ. Por último decidí que el acabado de la plata fuera matizado y no en brillo para que no destacara demasiado.

La obra está confeccionada en plata de ley utilizando solamente el método del cincelado, tanto la vara que solo lleva un exorno floral muy tenue en espiral ascendente en su totalidad,  como en el tratamiento del paño que simula ondear con la brisa, remata en uno de sus extremos con un par de borlones dotados de movimiento, que penden de un acabado en flecos a lo largo del tejido, se puede leer la inscripción "ECCE AGNUS DEI". Los extremos de los vástagos terminan en perillas, a modo de personalización porta en la intersección del crucero el emblema de la Hermandad.

No puedo dejar de felicitar al restaurador y amigo José Joaquín Fijo por el trabajo minucioso al que ha sometido la talla de nuestro San Juanito.

Fotos: Ana Cerrejón Lozano.










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