Luis Álvarez Duarte: «Prefiero que los hermanos Cruz Solis restauren al Señor del Gran Poder». Juan Diego Márquez. La Razón

Es quizás una de las personas —junto a los hermanos Cruz Solís— que mejor conoce las dolencias del Señor del Gran Poder. Luis Álvarez Duarte contempló de certa los trabajos que se ejecutaron en la estructura de la talla en 1983. Ahora, ante la inminente restauración de la imagen tras un proceso de continuo ennegrecimiento, el imaginero se muestra a favor de que los hermanos jiennenses vuelvan a actuar sobre la talla.

¿Cuáles el estado real de la imagen a día de hoy?

Su estado es fantástico, ya que en 1983 fue restaurado magistralmente por los hermanos Cruz Solís, restauración en la que yo partcipé a través de la comisión de seguimiento junto a Ricardo Comas. El único problema actual —que tampoco es muy alarmante— es el oscurecimiento de la policromía. 

El trozo de la corona de espinas que se desprendió hace un mes, ¿es un signo de los problemas de conservación que padece la talla? 

Este hecho no tiene la menor importancia. Fue una cosa limpia y perfecta. En su día este trozo no fue conectamente ensamblado. Lo coloqué yo personalmente y quedó fantástico.

En este tipo de intervenciones entra en juego la devoción y la técnica. Como imaginero y restaurador, ¿devolvería el aspecto original al Gran Poder?

Nunca. Lo digo como imaginero, restaurador, cofrade y devoto. Estamos acostumbrados a que nos devuelvan imágenes totalmente blancas y limpias. En este caso no se sabe cómo concebió el artista al Gran Poder. Los que policromaban en el siglo XVII -que no eran los imagineros— siempre daban una pátina ligera sobre las imágenes, incluso sobre los cuadros. Dudo de que las tallas estuvieran tan terminadas y tan blancas.

A tenor de los informes que baraja la junta de gobiemo, ¿se decanta por una actuación de los Cruz Solís, del IAPHo por una intervención conjunta? 

Con todos mis respetos para el IAPH, prefiero que los hermanos Cruz Solís restauren al Señor del Gran Poder. He visto cómo trabajan y soy casi discípulo de ellos en el campo de la restauración, y por supuesto siempre estoy con ellos. No olvidemos también que no son de fuera, son andaluces, de Jaén. La restauración que le hicieron al Cachorro fue maravillosa, la del Señor de las Penas fantástica y la de Pasión igual. Además, la del Gran Podere n el año 83 fue realmente sublime.

En estos momentos el IAPH defiende la profesionalidad de sus técnicos para ejecutar una intervención de estas características sin la colaboración de restauradores ajenos a la institución... 

No dudo de los técnicos del IAPH y de la parte científica de la institución, pero también estos profesionales pueden servir para otras cosas y no sólo para la imaginería. Este campo necesita otro trato distinto, ni mejor ni peor. No cuestiono el valor y la categoría del IAPH, que la tiene. Funciona con unos criterios que a lo mejor no son los adecuados para otro tipo de imágenes. 

¿Qué recuerdos tiene de la restauración del Señor de 1983? 

Mis recuerdos son maravillosos por lo correcto de la intervención. Comprobé el nefasto trabajo que realizó Peláez del Espino. Aquello más vale no recordarlo. Se le devolvió al Señor toda la salud para siglos y siglos. La intervención se centró en la estructura exterior e interior. Se tocaron también partes no muy visibles para reforzarlas, como la nuca. No es de recibo lo que se le hizo anteriormente al Señor del Gran Poder ni al de la Estrella, Pasión y muchas imágenes. 

Está prevista también la restauración del Cristo de la Sed, una obra que ejecutó en 1970, ¿qué problemas presenta la imagen? 

Más que una restauración es un proceso de conservación. El brazo izquierdo presenta lina pequeña fisura que hay que ensamblar y la pierna izquierda tiene un leve levantamiento de la policromía. Estos desperfectos se habrán producido tal vez por la climatología. Los trabajos se van a hacer allí en Nervión pasada la Semana Santa. He hecho también una corona de espinas para el crucificado, ya que la hermandad tenía muchas ganas de venerarlo así. Al cristo lo concebí con corona de espinas. 

Los técnicos del IAPH sostienen que el instituto debe acometer restauraciones y los imagineros sólo crear tallas. No obstante, en Sevilla hay grandes imagineros que conocen la técnica restauradora y la ejecutan magistralmente. ¿Cree que un imaginero sólo debe dedicarse a crear?

El imaginero bueno sabe restaurar perfectamente, sin en±arXo, notodos los imagineros saben restaurar. Hay también restauradores increíblemente malos y otros muy buenos. Se dan casos de restauradores que por pertenecer al IAPH van por fuera cogiendo trabajos gracias a ese prestigio, y algunos dejan mucho que desear.