Tu Buena Muerte. María del Amor Rasero Zárraga

"Silencio de invierno, corazón ardiente. Noche oscura, reflejada en tu Buena Muerte."

Es el cielo, tu crespón, traspasado por siete puñales de inmenso dolor. Es la luna que te besa, luz de cada callejón. Con orgullo, te portan sobre el sueño azul de su interior: deseos de un Domingo de Ramos a la vera del Señor.

Y como una ráfaga...

...te embiste, te atrapa, te acuna.

Te llega directamente al alma.

Hermosura que te abraza, brazos que siempre esperan. Fortaleza que te impulsa, misericordia de Plata. Torbellino de vida, dulzura efímera. Carne de tu carne, sangre de tus llagas.

Tú marcas el tiempo. Bajo tus pies, aroma de agradable incienso. Rostro perfumado, cruz de plenitud, ensueño de tu prometido Reino. Paz inquebrantable, beso que en tus pies es Credo.

Y tu Madre...¡tu Madre es un mar de lamentos! Sierva de Dios, espejo de los Cristianos ¡Y Princesa del firmamento! No hay estrella que más brille, no hay amparo más sublime.

Que se pare...

¡Que se pare el tiempo! ¡Así, contigo, en ese mismo momento! cuando mis ojos te miran y tú, con tu gran amor, me susurras "te quiero". En silencio, mientras duermes ¡a San Julián he venido! a decirte, Señor mío ¡Que por tu Buena Muerte Muero!

Al Santísimo Cristo de la Buena Muerte.

A mi Hermandad de la Hiniesta.

María del Amor Rasero Zárraga

Foto: Fco. Javier Montiel.