"Pupila con pupila, aliento con aliento. Mi Padre clava su mirada con la mía cada Martes en San Lorenzo". María del Amor Rasero Zárraga

Hoy no existen barreras, ni tengo que buscarte de soslayo. La Plaza, que barrunta ya la primavera, se corona de la luz y la alegría de todos los que aguardan una nueva Semana Santa. El sueño empieza a florecer, y a ti acudimos con la ilusión de todo un año, con tu nombre por bandera en los labios.

Estamos frente a frente, corazón con corazón. La espera, ya efímera, se esfuma junto al dulce incienso que, al entrar en la capilla, me transporta a aquellos olores de antaño, cuando aún no alcanzaba a besarte las manos.

-Permíteme, Padre, que te acompañe- susurro, cariñosamente, en silencio, al ponerme a tu lado-. La frialdad de esas rejas donde el amor se queda atrapado, donde las promesas cobran vida y las tristezas son menos amargas, hoy son fuego ardiente a tus pies de soberano.

Late al compás mi corazón "cigarrero" cuando te imagino prendido ante Anás. Y esas sogas que te tienen maniatado no creas que me duelen más ¡que los mandatos que con inquina nos abofetean sin pena ni piedad! No hay camino que no sea el tuyo, si todos y cada uno de ellos son para alcanzar Tu Verdad.

¡Déjame que te pase el pañuelo entre beso y beso! ¡Dejame soñarte con el sol del Santo Martes acariciando tu cabello! y caminaré por tu rostro con los recuerdos de aquel día, en el que vestida de blanco, contemplé el maravilloso cuadro de tu cuerpo enmarcado por el dintel de mi antifaz.

Pupila con pupila, amor eterno de Dulce Nombre. No te necesito hoy más que ayer, porque cada día eres mi fuerza y la esperanza del mañana. Aliento con aliento, agua que sacia mi fe. Mi Padre os espera para alcanzar el cielo con un beso, como cada Martes en San Lorenzo.

A mi Padre Jesús ante Anás.

A mi Hermandad del Dulce Nombre.

María del Amor Rasero Zárraga

Foto: Fco. Javier Montiel.