Ignacio Valduérteles disertó sobre la Religiosidad Popular en la Resurrección con motivo de su L Aniversario Fundacional

Mario Daza. La Hermandad de la Sagrada Resurrección celebró este jueves una nueva sesión del Foro de Formación que ha organizado con motivo de su cincuenta aniversario fundacional. En esta ocasión, la ponencia estuvo a cargo del Hermano Mayor de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, Ignacio Valduérteles Bartos, que desarrolló el tema de la "Religiosidad Popular: de cómo las Hermandades se entroncaron en el seno de la Iglesia".

Valduérteles centró sus palabras en destacar el papel que los laicos han tenido a lo largo de la historia en el seno de la Iglesia, con especial atención al Concilio Vaticano II, que "supuso un punto de inflexión" por "el reconocimiento explícito a los fieles para asociaciarse incluso de forma privada". También se paró en el reconocimiento de las hermandades como asociaciones públicas de fieles en el Código de Derecho Canónico. 

Además habló del papel de las hermandades como asociaciones que "desarrollan y completan la sociabilidad de las personas" y que, por otro lado, también deben "no cerrar la puerta a lo que ocurre en su exterior" y "preocuparse por el entorno en el que se mueven". Principalmente por los tres grandes problemas que afectan a la sociedad de hoy en día: "la dictadura del relativismo, la sustitución de la persona por colectivos identitarios y la corrupción del lenguaje". 

Asimismo puso sobre la mesa la idea del "relativismo en las hermandades", que afecta a aspectos tan concretos como "la priostia, la liturgia, que no debe entenderse como una coreografía e incluso en las relaciones con la jerarquía de la Iglesia". A todo ello se suman "colectivos contaminantes" como "costaleros que se erigen en protagonistas de la fiesta, candidaturas que acaban siendo colectivos de oposición o grupos jóvenes que creen que son una hermandad aparte", entre otros, que "defienden sus ideas con tanto ardor como falta de rigor". 

Frente a esta situación "hacen falta hermandades bien dirigidas por su hermano mayor y su junta de gobierno". Así, indicó que el hermano mayor es "el buen pastor" que "no puede permitir que ninguno de sus hermanos (su rebaño) se sienta solo". Y para ello "necesita hablar con Dios" porque "los problemas de la hermandad no se solucionan en un cabildo de oficiales si antes no se han hablado en el Sagrario". La segunda responsabilidad del hermano mayor es la hermandad, que debe ser "segura, firme, con doctrina clara y sin estridencias". Por último, y como tercer flanco, la sociedad "no resistiendose a ella si no siendo creadores de tendencias". 

A la finalizacion de la ponencia, el Hermano Mayor de la Hermandad de la Resurrección, Miguel Ángel Pérez Fernández, hizo entrega a Ignacio Valduérteles de un recuerdo conmemorativo de esta sesión del Foro de Formación.

Fotos: Fco. Javier Montiel