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Provincia. Vigilia Diocesana de Espigas de la archidiócesis sevillana: Pilas 2019


Arte Sacro. La pasada noche del 28 al 29 de septiembre se celebró la tradicional Vigilia Diocesana de las Espigas de la Archidiócesis Hispalense en la sevillana población de Pilas, en la que la Adoración Nocturna Femenina cumplía su XXV aniversario fundacional. Localidad que ya traía una fecunda devoción a Jesús Sacramentado en las horas de la noche desde septiembre de 1909, en que se fundara en ella la Sección Masculina de la Adoración Nocturna Española.

La Recepción de Secciones y adoradores, primero de los momentos que se viven en esta gran Vigilia anual, la única que conserva el formato tradicional, estando el Santísimo Sacramento expuesto en la custodia toda la noche, para ser adorado en turnos de una hora hasta el amanecer por los adoradores, tuvo lugar en la Ermita de Nuestra Señora de Belén, patrona de Pilas. Es el momento del encuentro, del saludo afectuoso y fraterno de los hermanos y hermanas que se encuentran, a veces, sin haberse visto durante el resto del año, por proceder de sitios lejanos, pero que en esta dichosa noche viajan gustosos a la cita con el Señor, sabiendo que el resultado espiritual merecerá la pena.

Allí, ante la mirada maternal de la Madre, se fueron apuntando las distintas Secciones concurrentes, y se fue organizando la Procesión de Banderas, en la que, todas las Secciones presentes, por orden de antigüedad se encaminarían hacia el lugar de la Vigilia propiamente dicho, en este caso la parroquia de Santa María la Mayor, manifestando con esta primera procesión introductoria su gozo, mediante alegres cantos eucarísticos, a todos los lugareños y dando carácter festivo a la noche que comenzó de forma oficial a las 21:15 horas, con las palabras introductorias del Vicario Parroquial Rvdo. D. Juan José Hidalgo y la oración inicial ante el sagrario de la Ermita dirigida por el Rvdo. D. Florentino Córcoles, Consiliario Diocesano de la Adoración Nocturna sevillana.

Dicha Procesión de Banderas estuvo compuesta por la cruz parroquial y ciriales, seguida de representaciones de las Hermandades, Cofradías y Agrupaciones de Pilas, cada una con sus respectivos estandartes y varas de autoridad. Seguían las Secciones y un gran número de fieles de la localidad, que se volcó en todo momento con esta gran Vigilia eucarística. Cerraban el cortejo, como es habitual, los Consejos Diocesanos de ANE y ANFE, junto con la Sección de Pilas, anfitriona del evento, y el clero asistente, por un recorrido engalanado con banderolas y balcones con colgaduras.

A la llegada al templo parroquial, los estandartes locales fueron colocados en las capillas del mismo, mientras que todas las banderas de las Secciones participantes tuvieron su lugar en la cabecera de la nave del evangelio, ante el altar de la Virgen del Carmen, excepto las de las dos Secciones de Pilas, ANE y ANFE, que ocuparon su lugar en el presbiterio, junto a la cruz parroquial. Los consejos Diocesanos tuvieron asiento reservado en los primeros bancos de la nave central, así como los presidentes locales y el Sr. Alcalde junto con las demás autoridades asistentes.

Poco antes de las diez de la noche, el clero, encabezado por el Rvdo. Sr. Cura Párroco, D. Adolfo Pacheco Sepúlveda, los presidentes de ANE y ANFE de Pilas, los de los Consejos Diocesanos, el Sr. Alcalde y demás autoridades esperaron en la puerta del templo la llegada del  Excmo. Sr. D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, con el agua bendita y la cruz, pues sería el encargado de presidir la solemne Misa prevista para las 22:00 horas.

A dicha hora comenzó la Procesión de Entrada, con una parroquia completamente llena de adoradores y fieles deseosos de vivir la gran Vigilia anual de las Espigas. Tras la incensación del altar, comenzó el rezo de Vísperas, con los salmos 112, 145 y el Cántico, cantándose a continuación el Gloria y siguiendo el ritual de la Santa Misa. El Sr. Arzobispo realizó una sentida homilía en la que se pudieron distinguir dos partes. En la primera resaltó la importancia de la Eucaristía para los cristianos a través de la Historia, citando episodios tan relevantes como los Mártires de Cartago, y  el niño mártir San Tarsicio, entre otros, que dieron su vida por defender la Santa Misa y la propia Eucaristía; o el de San Pascual Baylón, patrono general de la Adoración Nocturna, precisamente por su amor desmedido al Santísimo Sacramento. La segunda parte, continuación de la anterior, estuvo dedicada a resaltar la importancia del Santo Sacrificio en nuestras vidas, en la actualidad. Finalizó manifestando su especial predilección por la Adoración Nocturna, como parte importantísima de la vida de la Iglesia por su cercanía al Señor en las Sagradas Especies, y exhortando a las Secciones a abrirse a todos, a incorporar a los jóvenes a las vigilias y a los actos que se organicen.

Tras la Comunión, se rezó el Magníficat y se procedió a la Exposición Mayor del Santísimo Sacramento, con el ritual acostumbrado, recitándose además, de forma comunitaria la Oración de Presentación de Adoradores. Una vez retirados los oficiantes, se procedió al rezo del Santo Rosario, en sus Misterios Gloriosos. Comenzaron después, coincidiendo con la medianoche, los turnos de vela ante el Santísimo Sacramento, de una hora cada uno, en los que se distribuyeron las distintas Secciones, los Consejos Diocesanos, y cuantos fieles desearon quedarse.

Al mismo tiempo, y como es habitual, fuera del templo, en este caso en el espléndido patio anexo y en los magníficos salones parroquiales, se tuvo una agradable convivencia entre todos los adoradores y fieles que no estaban realizando su turno de guardia ante el Señor, pudiendo además degustarse riquísimas viandas preparadas por las mismas anfitrionas y cuantas personas quisieron colaborar. Si en la Vigilia de Espigas el momento álgido es aquel en el que el adorador se encuentra personalmente con Jesucristo, verdadera y realmente presente en la custodia, bajo la apariencia del Pan consagrado, en su turno de vela, no menos importante es esta convivencia que tiene lugar entre todos aquellos que en el exterior del templo, mientras aguardan su turno respectivo, intercambian opiniones, experiencias, se interesan por la familia de aquel al que hace tiempo que no veían, conocen costumbres y circunstancias que relatan los lugareños, etc.

Cada turno se introdujo con el bello cántico “De rodillas, Señor, ante el Sagrario”, comenzando con el Himno de San Francisco conocido como “Cántico de las Criaturas”. Los Salmos elegidos fueron el 64 y el 103. Las lecturas escogidas fueron, del Génesis la primera (creación del hombre), y de la Constitución Pastoral “Gaudium et Spes”, del Concilio Vaticano II, sobre la Iglesia en el mundo actual (responsabilidad y actuación humana con respecto a todo lo creado). Y se finalizó como es costumbre, con el “Te Deum” y el Compromiso de Fidelidad de los adoradores.

Una vez finalizados los cinco turnos de vela, a las cinco de la mañana, con todos los adoradores y fieles reunidos de nuevo en el templo parroquial, se procedió al rezo de Laudes, que presidió el Rvdo. Sr. Cura Párroco. Los textos elegidos fueron: salmo 62, cántico de Daniel y salmo 149. Siguió el “Benedictus”, y las preces. Acabado el rezo de esta primera hora litúrgica del día, se procedió a la organización de la Procesión con el Santísimo Sacramento, en el mismo orden que la de Banderas. Al igual que en aquella, acompañaron todas las Hermandades, Cofradías y Agrupaciones de Pilas, así como un alto número de fieles, que en todo momento, y dirigidos por el Sr. Vicario Parroquial, no dejaron de entonar himnos y cantos en honor de Jesús Sacramentado durante el recorrido, que cerraba el palio que a modo de respeto, cubría la Majestad de Dios.

Una vez llegados al Parque Municipal de Pilas, en cuyo arco de entrada se había preparado un sencillo y bello altar, el párroco procedió a incensar el Sacramento y seguidamente a impartir la bendición con Su Divina Majestad sobre los campos, bendición que hoy día extiende su significado sobre todos los frutos del trabajo humano, mientras eran rendidas todas las banderas y estandartes, para, a continuación, emprender el regreso a la Parroquia de Santa María la Mayor, donde, de nuevo con el templo lleno de fieles, se realizaron los ritos conclusivos: canto del “Tantum ergo”, incensación, oración y Bendición final con el Santísimo Sacramento, que fue retirado de la custodia y conducido solemnemente a la reserva en el Sagrario parroquial.

Como es habitual en las vigilias de Adoración Nocturna, siempre se acaba con un recuerdo agradecido a la Santísima Virgen, por habernos dado a Jesús. En esta ocasión se finalizó con el canto de “Salve Regina” a Santa María presente en su imagen del Altar Mayor parroquial, como titular del templo. Tanto el Rvdo. Sr. Cura Párroco como los Presidentes Diocesanos de ANFE y ANE tuvieron cariñosas palabras de despedida para todos los asistentes, en cuyas caras no se apreciaba el cansancio, sino al contrario, el gozo por haber tenido la suerte de vivir una noche espléndida en todos los sentidos, pero muy especialmente en el espiritual.

Solo queda resaltar y agradecer la gran acogida y masiva participación del pueblo e instituciones de Pilas en esta Vigilia Diocesana de las Espigas, consiguiendo entre todos, que haya sido memorable, con la seguridad de que todos, especialmente los organizadores, tendrán la satisfacción del deber cumplido.

Redacción: Juan Jorge García García

Fotos: Francisco Perejón Ortega










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