Remanso de paz. Manuel Enríquez Becerra
He estado en el convento de las Hermanas de la Cruz, y he salido nuevo. Me propuse ir a la exposición de vísperas del Santísimo Sacramento del Altar, que todas las tardes hacen manifiesto las hermanas a las 7 de la tarde para el que quiera ir, y a la vez rezarle a santa Ángela y a santa Madre María Purísima de la cruz que tienen capilla propia. Santa Ángela está bajo la mesa del altar y se ve su cuerpo incorrupto tras unos cristales y santa Madre María Purísima está en la pared enterrada, en un féretro dorado.
Y cuando las hermanas de la cruz empezaron a rezar cantando, me dieron un remanso de paz que salí del convento convertido en más cristiano. Y es que las hermanas de la cruz son ángeles cantando, yo diría que mejor que las soprano. Que gloria y que remanso de paz tenía en mi ser, yo no me sentía igual que cuando entré en el convento yo salí dando gracias a Dios por lo bien que lo había pasado y donde mi mente me mando ir esa tarde.
Y es que Dios sabe muy bien donde mandarte para salir más reconfortado y vivir lleno de paz. Reseñar que donde está la capilla de santa Ángela y Madre María Purísima era todo un mar de flores en el suelo, con un esplendor olor a santidad, plantas de todas clases en macetas pequeñas y flores de todas clases también, llevada por devotos y devotas de las santas. Que Dios bendiga cada día más a estas monjitas que han sido otra gloria para la ciudad de Sevilla.
Manuel Enríquez Becerra