Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • viernes, 19 de abril de 2024
  • faltan 359 días para el Domingo de Ramos

Dramatic Filter. Antonio Sánchez Carrasco


Así de entrada se podrían entender muchos  y diferentes significados del término. Ya si entramos en el mundo cofradiero ni te cuento. Pero no fue más que el filtro artístico que me ofrecía mi cámara mirrorless (sin espejo interior) para ejercitar mi creatividad, y vaya si lo hizo. De entrada pensé en las mirrorless, cuantas veces necesita el mundo de las cofradías de menos espejos. Demasiado postureo, que está tan de moda. Los espejos en las cofradías, sólo valen aquellos en los que nos miramos cuando vamos a salir de casa y donde se acumulan estampas de nuestras devociones para pedir por aquellos que queremos.

Y allí estaba yo con mi cámara mirrorless, para fotografiar al Cristo crucificado que abarca el Amor del mundo. El dramatismo de un filtro, aplicado al Cristo del Amor, es como echarle ázucar al colacao.  ¿Puede haber rostro más dramático que el de la muerte?. En esa esquina de la Colegial, se levantaba  enhiesto el Dios de Juan de Mesa sobre los hombres. Fuera el traqueteo de las maletas con ruedas y una bocina que sonaba aleatoriamente eran la banda sonora de otro dramatismo distinto. La visión no era menos, varias despedida de soltero/a, daban una tonalidad dramática a un panorama despreciado, pero eso se salía del tema cofrade ¿o no?. Seguí dentro viendo aquella luz dividida en colores que se colaba por la vidriera que tenía el Cristo por encima de su cabeza. Todos aquellos colores eran los de la cuaresma que nacía, colores del claro al oscuro, del suave al desgarrador ocre de las noches, tantos colores como instantes. Cuaresma a la que le quedaban poco más de diez días para verla llegar. Pasaban devotos, muchos miraban al Señor, antes de besar sus pies. En signo de adoración al mejor de los nacidos. Alguien echaba incienso en el rinconcito donde otrora había una dolorosa y ahora está el Cristo Alzado y Calzado. El humo reinante aumentaba el dramatismo de las escena, aún más dramatismo. Era la palabra de la mañana. Como el cambio climático, que haciía que febrero pareciera un día de primavera. Y allí estábamos sudando dramáticamente los que habíamos apostado por la rebequita mañanera. Seguimos disparando aquella ristra de imágenes que se nos venían a la memoria de la cámara y de los sueños. Se aproxima a pasos agigantados una Cuaresma, de la que queremos desechar el dramatismo, sólo para el Cristo que sufre y la Virgen que llora.

Le eché una última mirada y una última foto al drama del que muere por nosotros en la cruz, alguien se nos acercó para pedirnos amablemente que nos quitáramos de allí. Y de allí nos fuimos a uno de los bares de en frente para saciar aquella sed, que con el calorcillo ya era dramática. Seguimos avanzando esto ya está viéndose llegar, sin dramatismo, con la alegría del que sabemos que resucitará allá por Santa Marina; pero no adelantemos dramáticamente el calendario, que aquí somos mucho de adelantar.

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.