La Cuaresma es tiempo de espiritualidad. Manuel Enríquez Becerra

En tiempo de Cuaresma, es tiempo de espiritualidad de convertirse en ser más cristiano y católico y arrepentirse de todo lo malo que ha hecho uno durante el año.

Por eso muchas hermandades y cofradías y personas con religiosidad hacen viajes a sitios de retiro cómo conventos  y claustros donde hacen retiros espirituales, y se quedan un tiempo en esos sitios para prepararse. Que es quedarse consigo mismo, en paz y oración.

Ya las cofradías casi todas le han hecho los cultos a sus titulares, y se reúnen fraternalmente, casi a diario, hacen convivencias y sobre todo muchos vía-crucis.

El primer lunes de Cuaresma se celebra él vía-crucis del Consejo de Hermandades y Cofradías. El nazareno de Jesús de La Salud de la hermandad de Los Gitanos presidirá éste año el vía-crucis a la Santa Iglesia Catedral que será presidido por el señor Arzobispo por las naves de La Catedral.

El olor por las calles de Sevilla es a incienso que sale de sus iglesias, al azahar que brota de los naranjos de las calles de la ciudad, y a flores.

Las dolorosas se visten en este tiempo muy sencillas, visten de hebreas.

Todo se va acercando al Domingo de Ramos que es el día esperado por todos los cofrades, y anteriormente con las hermandades de vísperas.

Aunque las vísperas no van a la Santa Iglesia Catedral, que hacen su estación de penitencia por sus barrios que también tiene su encanto.

En definitiva tanto las vísperas como las hermandades que hacen su estación de penitencia en Semana Santa, todas tienen su idiosincrasia.

Los cofrades se preparan para el acontecimiento que se les avecina, y los costaleros no dejan de ensayar junto con los capataces para que todo salga a pedir de boca.

Hay también muchos sacerdotes y religiosas (monjas) que hacen sus retiros espirituales en el tiempo de la cuaresma, se retiran para hablar con Dios y reconfortarse en la vida cristiana.

Los cofrades también se reúnen en el campo para comerse, unas buenas migas o  lo que les venga en ganas. Todo con moderación, ya que también es tiempo de ayuno y abstinencia.

Hay que recordar que la cuaresma es el tiempo que Nuestro Señor Jesucristo estuvo durante cuarenta días en el desierto, retirado de todo lo mundano, y orando para lo que se le avecinaba que era morir por nosotros crucificado.

Manuel Enríquez Becerra

Fotos: Antonio Sánchez Carrasco.