Los lunes de San Nicolás. Antonio Sánchez Carrasco
Debía de ser muy de mañana cuando llegué al bar Candelaria, aquel lunes. Entera con sobrasada del Repilao y café solo, mientras la calle San José era un hervidero de personas que iban y venían.
Fuera hacía frío, una de esas mañanas que se levantan con predisposición al aguardiente de postre.
Cada cierto tiempo alguien entraba en San Nicolás para ver al pequeño santo que en una urna se levanta en una de las columnas cercanas a la sacristía, justo delante del altar de la Virgen del Camino. Dolorosa que fue de la cofradía trianera del Ecce Homo. Las imágenes de la hermandad de la Candelaria, el antiguo altar en el que el Cristo de la Salud de los Gitanos estuvo hasta 1880 y que ahora ocupa San Crispín patrón de los zapateros.
Son tres las caminatas que hay que hacer tres lunes, para que el santo Turco que reposa en Bari se apiade de todo aquel que camina hasta sus plantas.
Dentro al ser lunes la mayoría están cerca de San Nicolás aunque el cariño y la fe se reparte por muchos altares.
Fuera en el bar Candelaria Guillermo y Antonio hablan de Semana Santa mientras en la pequeña televisión un video enseña la entrada del primer paso del Valle en Campana, del año anterior.
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Foto: Antonio Sánchez Carrasco.
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