Dia 46 de confinamiento. La salida mañanera. Antonio Sánchez Carrasco

Cuando ya no te queda más remedio. Cuando tienes que salir si o si. Porque telemáticamente es imposible. Te armas de paciencia para recomponer el kit anti-virus.

Mascarilla, guantes, liquido hecho de agua y lejía para los zapatos, coges la basura, la cartera, el dinero,..., todo es necesario pero es casi como preparar una expedición, más que un paseo al banco. Sales tiras la basura y sigues andando por una Sevilla Este que aún dormita a pesar de ser martes. Una señora espera en la puerta de la sucursal que otra señora salga de dentro. Nos damos los buenos días. He visto en el camino balcones adornados con farolillos y demás útiles feriantes con banderas de España intercaladas, porque la alegría de vivir que evoca la no Feria este año convive con el dolor de la muerte de tantas personas.

Leo mientras espero ha muerto Michael Robinson aquel güiri que buscaba (y no encontraba) Osasuna en el mapa antes de venir a España y con el que me identificaba en el amor a Cádiz, de Robinson me fui al barrio de Santa María, hay que darle las gracias al Nazareno cuando salgamos de esta. Ya hace muchos años que una estampa del “Greñuo” me acerca al alma de Cádiz en la lejanía de Sevilla Este.

Me toca vas mirándolo todo y memorizando todo lo que no tienes más remedio que tocar, como los botones del cajero. Voy volviendo hacia casa al pasar por el descampado cercano noto que ha brotado la primavera mientras estábamos en casa. Empieza a picarme el ojo. Alergia mía, que es como el Rexona, no te abandona, la meditación y el yoga no sirven para la relajación cuando te pica un ojo y debes arrascarte.

Compro pan, el poco que queda en casa podría servir de llamador para un paso, bueno no, rompería el respiradero. Pañoletas verdes y blancas en un balcón, hoy hace años del primer título de Liga que llegó a Sevilla, pañoletas rojas, ayer el aniversario fue del gol del malogrado Puerta.

Llego a casa operación re-confinamiento. Y ahora decidme que no existe el término. Tampoco existe desescalada y todos la tenéis en la cabeza y la usáis, ¡ea!. Vuelta a las cuatro paredes. Hasta las 8 que salgamos a aplaudir. Un gesto que en un principio era de un color y ahora parece del contrario. Yo como no puedo darle las gracias uno a uno a todos, a médicos, enfermeros, policías, militares, cajeros, lipasam...., y a todos los que están en primera línea pues les aplaudo desde mi encierro. Y ahí seguimos llevando la vida con cautela, que no con miedo, porque el miedo trae nervios y los nervios llevan a los errores. Eso sí, si antes no conseguía abrir las bolsas que te dan en la tienda, ahora con los guantes,...imposible. Seguimos adelante.

#FuerzaPacoRobles #FuerzaMartínCartaya

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.

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