El Museo del Santo Ángel abre hoy lunes: Continúa la exposición de las Dolorosas

Arte Sacro. Son imágenes de la Virgen Dolorosa de pequeño tamaño. Salen todas por primera vez de la intimidad de sus casas, para poder ser contempladas por nuevos ojos y escuchar nuevas oraciones. El Museo del Santo Ángel de Sevilla acoge esta original exposición que muestra numerosas imágenes de la Virgen Dolorosa que no han sido expuestas con anterioridad. Ven la luz de un Museo por primera vez y pueden ser estudiadas por los historiadores para perfilar algunas posibles atribuciones, dada la alta calidad de las imágenes.

Coincidiendo con el IV aniversario de la apertura del Museo del Santo Ángel, donde han pasado miles de visitantes cada año, se presentan a la ciudad de Sevilla estos tesoros desconocidos de la devoción privada.

Se trata de un conjunto de trece imágenes de la Madre Dolorosa, de talla o terracota pertenecientes principalmente al siglo XVIII y alguna del XIX. Once pertenecen a casas particulares, y dos son del propio Convento, conviven con los frailes en las dependencias comunitarias. Diferentes escuelas se hacen presentes, como la granadina, levantina o castellana, destacando la escuela sevillana. Muestran en sus rasgos el quehacer o la influencia de Hita y Castillo, Cristóbal Ramos, Astorga, Petroni o la escuela napolitana.

Por su elevada calidad descuella la Dolorosa atribuida a Juan de Astorga, magníficamente ataviada, que parece a menor escala la conocida Esperanza de la Trinidad. Otra, de mayor tamaño, sigue la huella marcada por Astorga, posiblemente Gabriel. Destacamos, del mismo modo, la atribuida a Juan Bautista Petroni, muy inspirada en el estilo gaditano de los Servitas. Igualmente la Dolorosa que sigue el estilo creado por Cristóbal Ramos está ejecutada con verdadero preciosismo, como apreciamos en la delicada Virgen de Consolación, que cuenta con un cuidado y rico ajuar. La única completa modelada en terracota, arrodillada, se muestra heredera de Hita y Castillo en el setecientos.

Con rasgos propios aparecen las de la escuela castellana y la levantina, de edad más avanzada. Caracterizada por su policromía blanquecina resulta muy llamativa la Dolorosa de los Favores, tan identificativa de la escuela granadina. En estilo sobrio ocupa un lugar especial de la las Tristezas o los Dolores de Córdoba, así como otra de la misma advocación, la de menor tamaño de todas, pero de exquisita ejecución. Todas presentan unas facciones muy cuidadas, potenciando su expresividad, como la Soledad, cuya mirada perdida evoca el misterio que representa.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.