Villamanrique. Antonio Sánchez Carrasco

La antigua localidad de Mures, desde entonces hasta ahora en los tiempos del Corona Virus. Es Villamanrique uno de esos pueblos en los que te sientes en casa cada vez que vas.

El miércoles nos presentamos allí de vuelta de pasear por el Vado del rio Guadiamar en la finca de Quema.

Era una imagen desoladora de la plaza principal del pueblo asolada por la soledad de no haber Rocío este año.

Los pocos manriqueños que nos cruzamos se refugiaban del calor en los bares frente a la iglesia.

Un año sin que pasaran por esa plaza y esos escalones la inmensa mayoría de las carretas de Simpecados que van y vienen de ver a la Virgen del Rocío.

En la fachada del Ayuntamiento has instalado banderolas recordando a cada una de las hermandades que por el pueblo pasan.

Otra de esas fiestas que van unidas al Rocío y que este año tampoco se celebraran por razones lógicas.

El azulejo con la leyenda de la aparición presentaba un aspecto extraño en estas fechas con tanta soledad alrededor.

Volvimos hacia Sevilla con la sensación de vacío que nos ha traído este 2020 y con la Esperanza puesta en recuperar la normalidad en años venideros.

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.