Solemnidad bajo las naves catedralicias. Función principal de la Archicofradía Sacramental del Sagrario

Juan Manuel Bermúdez Requena. Domingo infraoctava, cita con el Santísimo Sacramento del Altar, la otra mañana eucarística de Sevilla después del jueves de Corpus. La Sacramental del Sagrario tuvo que celebrar su función principal de instituto en el altar de plata de la catedral (modernamente, altar del jubileo) por estar cerrada su parroquia, y además con las medidas de seguridad ya conocidas en la actual situación de la nación.

La archicofradía acudió puntual a su cita con Jesús Sacramentado, con sus señas de identidad: simpecado eucarístico de gala presidiendo el presbiterio, cera roja bajo las bóvedas del crucero, jóvenes acólitos revestidos con lujosas dalmáticas bordadas. Lo mejor para el Señor. Sin complejos.

Contribuyó a solemnizar la ceremonia la intervención de la capilla musical de Arturo Artigas y las interpretaciones a órgano de Carlos Navascués. Como particularidad, únicamente realizó la renovación del juramento de la regla el presidente de la corporación Guillermo Mira Abaurrea.

La acertada homilía del canónigo Manuel Cotrino Bautista, director espiritual de la corporación –junto al que concelebró el también calonge Manuel Campillo Roldán-, acercó a los hermanos y fieles participantes a la grandeza del misterio eucarístico, que con fervor vivieron la celebración especialmente la Exposición de SDM, rezo de la estación menor y bendición eucarística con la que concluyó la ceremonia.

Fotos: Juan Manuel Bermúdez Requena.