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Provincia. La Virgen de los Dolores de Alcalá del Río se viste de tiempo estival


Antonio Rendón. Pasada la Semana Santa 2020, que este año fue imposible realizarla por la pandemia del Covid-19, las imágenes que se encontraban con su mejor vestimenta para la salida procesional nuevamente serán cambiadas a prenda más de diario donde la variedad de los colores y atuendo queda a la libertad de los vestidores y prioste. Cuando llega el segundo tiempo ordinario, es decir cuando está próximo el verano climatológico, las vírgenes suele cambiar de vestimenta y lo hacen preferentemente con ropas de colores claros, tanto las sayas como los mantos, así permanecerá al final del curso cofrade.

Aunque el desarrollo de este arte vivió una primera época de oro en el siglo XVII y XVIII, ya en el siglo XVI se representaba a la Virgen María como una viuda de la época. Conocido es el caso de la Virgen de la Soledad del convento de los mínimos de Madrid y su relación con la reina Isabel de Valois y su camarera Doña María de la Cueva, condesa de Ureña, que cedió sus propias ropas de viuda para vestir a la imagen. En el siglo XVII y XVIII se mantuvo esta tendencia de vestir a la Virgen como viuda según la moda de la época, aunque en la pintura se optaba por una mayor veracidad al representarla como hebrea.

Para el Tiempo Litúrgico Ordinario de los meses estivales la Santísima Virgen de los Dolores en su Soledad coronada de la hermandad de la Soledad, de la ribereña localidad sevillana de Alcalá del Río, luce para los meses estivales terno compuesto por el manto de las hermanas Trinitarias, de terciopelo negro bordado en oro y datado en el año 1970, y la saya conocida como de las Misiones, igualmente de terciopelo negro y bordada en oro. De autoría anónima y estrenada en 1929, se trata de una antigua saya de la Virgen que fue ampliada y enriquecida con motivo de las Santas Misiones celebradas en la localidad en dicho año.

Ciñe su cintura un antiguo cíngulo de hilos de plata y sedas de colores.

El bendito rostro de la Madre de Dios se enmarca con un tocado a base de raso y tul en tonos crudos.

Porta sendos broches en su pecho, uno en forma de alfiler y otro con el anagrama de María coronado y recogido en un óvalo, así como puñal de orfebrería. Lleva la Virgen pañuelo de encaje en su mano derecha y Rosario de oro en la izquierda.

Finalmente, luce Nuestra Señora corona de plata sobredorada del siglo XVIII, labrada por el orfebre platero sevillano Miguel Palomino López.

Todo un conjunto que hace resaltar más aún la belleza inigualable de la Virgen.

La Priostía es cada vez más un arte. Un amplio grupo de hermanos se encarga con la coordinación de los priostes; así como las funciones, asumidas por la Camarera y la Segunda Camarera, más su equipo auxiliar de vestir a la Virgen.

Prioste 1º: Alejandro Correa Torres

Prioste 2º: Raúl García Calero 

Camarera de la Virgen: Dolores González Velazco.

Segunda Camarera: Dolores Soledad Torres González

Camarera del Señor Yacente de la Misericordia: Carmen Rosaura García Olmedo.

Fotos: Antonio Rendón Domínguez.










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