Los Comedores sociales de Sevilla. Manuel Enríquez Becerra

Los comedores sociales de Sevilla, son instituciones de la Iglesia Católica. De los tres que tengo conocimientos que hay, uno es, de los hermanos de San Juan de Dios, y dos de la Congregación de las hijas de La Caridad de Sevilla; los tres comedores regentados por personas pertenecientes a la Iglesia Católica. 

El comedor social de los hermanos de San Juan de Dios, está en pleno centro de la ciudad, concretamente en la calle Misericordia. Y los de las hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl; uno está en Triana en la calle Pagés del Corro; y el otro está en la zona de La Macarena, en la zona del Pumarejo; concretamente en la calle Patricio Sáenz. 

Gracias a estos comedores, comen todos los días muchísimas personas, que no tienen para comprar comida, y son personas, en régimen de pobreza de la ciudad, que no tienen dinero, ni sustento alguno, para sobre llevar la vida que nos ha tocado vivir. 

Hay que reseñar que las hijas de La Caridad del comedor del Pumarejo; tienen también una residencia de personas mayores. Reseñar también de paso, la gran labor que hace la Iglesia en Sevilla, con estos comedores dando de comer a tantos pobres como tiene la ciudad. 

Que todos los que estamos más o menos bien o tirando. No nos damos cuenta de la cantidad de personas que hay metidas en la pobreza, y viviendo sin techo en la calle, y durmiendo en cualquier lugar o soportal de una acera. 

Desde la crisis del año 2.008, que es cuando se crearon estos comedores por la Iglesia, por la cantidad de desempleo que se originó en la ciudad hispalense; y hasta la presente no han sido cerrados, sirviendo ahora con la pandemia del coronavirus, con más razón todavía. 

Estas personas, más desfavorecidas de la ciudad, no saben cómo agradecer a estas instituciones, anteriormente reseñadas, que pertenecen a la Iglesia Católica; la gran labor que les hacen, dándoles de comer diariamente. 

En estos comedores, había un nutrido número de personas de la tercera edad ayudando, desinteresadamente, (especie de voluntariado) en las labores de repartir la comida a los comensales, cosa que ahora han tenido que dejar de ir a los comedores a ayudar; ya que son personas casi todas mayores de sesenta años, que les servía de distracción y a la vez hacían una gran labor social. Pero que ahora con el covid-19 han desistido de ir hasta que la pandemia se vaya de entre nosotros; ahora las hermanas, se las han ingeniado entre ellas, y ellas son las que distribuyen la comida. Por su puesto con sus mascarillas, y guardando las distancias de seguridad.   

Antes del coronavirus, todas estas personas que van a que les den de comer; entraban en el comedor, que los hermanos de San Juan de Dios; y de las hijas de La Caridad, tienen dentro de sus dependencias. 

Pero con el coronavirus, y el tener que guardar las distancias, y ponerse mascarillas han dejado de darles de comer en los comedores de sus hogares; anteriormente reseñados, ahora lo que hacen es que le dan una bolsa con comida en especie de picnic; para que se la coman donde cada cual pueda, y así no contagiarse con la pandemia. 

Verdaderamente, los hermanos de San Juan de Dios, así como las hijas de La Caridad, hacen una labor excelente con todas estas personas que no tienen hogar, y muchas que tienen hogar, pero no viven económicamente holgadamente.  

Hay quién desprestigia a La Iglesia. Pero La Iglesia hace una gran labor tanto con estos comedores; como la gran labor que hacen con Cáritas. Y todas las hermandades y cofradías de la ciudad ayudando, con su bolsa de caridad, siempre al más necesitado.

Manuel Enríquez Becerra.