Arte Sacro
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Patrimonio aprueba la restauración de la fachada de la iglesia de San Bartolomé y el Arco de la Macarena


Arte Sacro. La Comisión Provincial de Patrimonio, en la sesión celebrada este miércoles bajo la presidencia de la delegada territorial de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Histórico, Susana Cayuelas, ha dado cuenta de un total de 30 expedientes de interés para la conservación del patrimonio cultural y artístico, de los cuales 17 corresponden a Sevilla y 13 a la provincia, concretamente a las poblaciones de Arahal, Carmona, Écija, Espartinas, Estepa, Lebrija, Marchena Osuna, Sanlúcar La mayor, San Juan de Aznalfarache, Santiponce y Villanueva del Río y Minas.

Así, la Comisión Provincial de Patrimonio ha informado favorablemente la restauración de la fachada de la iglesia de San Bartolomé de Sevilla, que fue construida a finales del siglo XVIII, y es uno de los templos más característicos de su época. El proceso de restauración de las fachadas se ha previsto desarrollar en cuatro fases, durante las cuales se acometarán las obras del lado del Evangelio al noroeste, el lado de la Epístola al sureste, el lado de la calle Virgen de la Alegría o suroeste, y, finalmente, los cuerpos superiores. El proyecto que ahora se aprueba contempla las fases 1 y 2 según el siguiente detalle: restauración de la fachada noroeste, fachada del lado del Evangelio en la calle San Bartolomé y del paño perpendicular a ésta.

En cuanto a la propia intervención definida en el proyecto, plantea una actuación sobre las fachadas que trasciende del mero edificio para incidir de forma determinante en el espacio urbano en el que se implanta a través de la rica y deslumbrante ornamentación de sus fachadas, esgrafiadas con una barroca imitación de sillería almohadillada de vivos colores que aquí se recuperan, pero valorando los matices y derivaciones que el tiempo ha introducido en el cromatismo final del templo.

La Comisión de Patrimonio ha informado también favorablemente el proyecto de restauración del Arco de la Macarena, que se centrará, sobre todo, en la intervención y restauración de los pináculos, la cubierta, la azulejería, la policromía de cornisa, la limpieza de la piedra y la retirada de los morteros y las pinturas contemporáneas.

La intervención, que irá acompañada de un seguimiento arqueológico para el análisis y documentación de los paramentos, además de contemplar la reparación de los pináculos de remate del arco, en general y por nombrar las acciones más importantes, se procederá a la limpieza, sellado de grietas, consolidación y revestimiento con revoco de cal y enjalbegado. También contempla la renovación de la cubierta con una solución igual a la actual, azotea a la andaluza solada con baldosas cerámicas, y  se limpiarán las gárgolas para garantizar el correcto drenaje. También se eliminarán las anteriores reparaciones realizadas con mortero de cemento, sustituyéndolos por morteros de cal. Se procederá asimismo a la reparación de las diversas patologías que afectan a las fábricas, tanto en las de ladrillo como en las tapias, que se limitarán a las reparaciones precisas. En el caso de la fábrica de ladrillo se sustituirán las piezas deterioradas, recibiéndolas con mortero de cal. Asimismo se procederá a la restauración de los paños de azulejería del arco, mediante limpieza, engasado, consolidación de la superficie vítrea e hidrofugación.

Por otra parte, en la provincia, en Espartinas, la Comisión de Patrimonio ha aprobado el proyecto de conservación y tratamiento del retablo de San francisco de Asís del Santuario de Loreto. La imagen de San Francisco de Asís que preside el retablo es obra de autor anónimo del s. XVIII y es una talla realizada en madera, dorada y estofada decorada con brocados de motivos vegetales en los paños.

Con carácter general se puede considerar que el estado de conservación es malo. El retablo muestra numerosos daños, y ha perdido parte la estética original  ya que durante años ha sufrido intervenciones poco ortodoxas. Muchas de las alteraciones que presenta el retablo obedecen directa o indirectamente a las condiciones ambientales de temperatura y humedad, sus eventuales variaciones y la frecuencia de las mismas, y son causa de alteraciones físicas, químicas o biológicas: variaciones dimensionales (deformaciones, roturas de soporte), pérdida generalizada de adherencia de la película pictórica; ataque de insectos, bacterias y microorganismos. Este proyecto de intervención se estructura en tres bloques: identificación del bien y valoración histórica-artística; materialidad y comprobación del estado de conservación de la obra y las líneas fundamentales de  actuación; y por último la propuesta de intervención.

Por último, en Carmona, destacamos que la Comisión Provincial de Patrimonio ha valorado positivamente el proyecto de rehabilitación y adecuación para hotel del Convento de la Concepción. El proyecto manifiesta en su memoria que parte del máximo respeto al esquema tipológico del edificio, y la actuación prevista conserva íntegramente su edificación, tanto el núcleo más monumental como el que responde a esquemas más domésticos y, lo que parece más importante, mantiene en su totalidad el tejido de carácter urbano que se encuentra en su interior y que sirve de interrelación de los edificios de habitación.

El Convento de la Purísima Concepción, que se fundó en 1513, está constituido por una serie de edificaciones independientes de carácter doméstico, y construido en el terreno en ladera sobre el que se asienta dando frente al Paseo del Estatuto, al que presenta la fachada que da paso al compás. La extensión actual del convento es la que ha quedado después de desprenderse de amplias zonas, tanto de huertas como edificaciones auxiliares en general y tanto en la parte alta como en fachada al Paseo de Estatuto, lo que hace que en el perímetro se encuentren medianeras de altura considerable, tanto al compás, como en su límite sur. Así pues, la adaptación de la edificación al terreno y la constricción de la misma a la anchura del núcleo monacal tiene como resultado que dicho núcleo se interpone como paso necesario desde el Paseo del Estatuto. Del resto del edificio cabe destacar el sugerente tejido que mediante pasos y pasajes entreteje la trama de patios cuya denominación ha trascendido de la vida monacal y, así, nos encontramos el de la Abadesa donde residía la misma, el del Torno como entrada arriba de la calle Concepción, el del Limonero o del pozo, quizás el más urbano de todos, el del Ciprés ocupado antes por el cementerio y ya el corral o patio de la Alberca origen de los riegos de las perdidas huertas orientadas al este.

En general, las construcciones domésticas del convento se encuentran bastante deterioradas respecto a sus elementos constructivos, especialmente los forjados y las cubiertas, habiéndose venido abajo algunas piezas de las celdas cenobiales debido a la putrefacción de las estructuras de madera por la acción de la humedad y la pérdida de cohesión en elementos tabicados. No obstante, los muros se conservan bastante bien en general, salvo problemas puntuales en algunos dinteles y remates.

Básicamente, el proyecto respeta al máximo el esquema tipológico del edificio, que es el mismo que posee en la actualidad, conservándose íntegramente el compás, la iglesia y el claustro, distribuyendo las zonas de uso común del hotel, salones, comedor, recepción, servicios, accesos, etc. en la planta baja de este núcleo principal, mientras que las habitaciones se distribuyen en la planta alta de dicho edificio y en el resto de las edificaciones del conjunto. Por lo tanto, la intervención se limita a adaptar la edificación actual al nuevo uso, conservando en lo posible los elementos, formas y proporciones de las distintas unidades edificatorias que componen el conjunto del convento, realizando solo operaciones puntuales para adaptarlo a las exigencias normativas, tanto del uso específico como de carácter general (accesibilidad, protección contra incendios, condiciones térmicas y acústicas, etc.), así como al desarrollo de instalaciones necesarias para su correcta utilización, minimizando la aparición de nuevos elementos edificados y la presencia de maquinaria exterior.

Foto: Francisco Santiago.










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