‘Confía’ será el lema de la Vigilia de la Inmaculada 2020 de la Pastoral Juvenil

Arte Sacro. “La solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María es para los jóvenes cristianos un momento especial e importante, al tenerla a ella no solo como Madre, sino como especial protectora”. Así explica el delegado diocesano de Pastoral Juvenil, José Francisco Durán, el cariño que los jóvenes sevillanos tienen a la Inmaculada y la ilusión con la que suelen participar en la Vigilia que anualmente se celebra en la Catedral hispalense en torno a su día.

Así, cada año, el 8 de diciembre se convierte en “una fecha imprescindible en el calendario –asegura-, uniéndonos de manera particular en su víspera, el día 7, para rezar, celebrar y pedir a María por toda la juventud”

Sin embargo, la celebración de este año será atípica (como lo es todo desde mediados de marzo). Así, la Pastoral Juvenil ha preparado una sencilla Vigilia de la Inmaculada, bajo el lema ‘Confía’, que tendrá lugar en la Catedral el 7 de diciembre a las siete de la tarde (horario adelantada a causa de las restricciones de movilidad a partir de las diez de la noche). Esta ceremonia tendrá aforo limitado, por lo que se recomienda la inscripción previa para garantizar la participación presencial.

Por este motivo, además, se insta a organizar Vigilias propias en parroquias, colegios, hermandades, movimientos, etc. “Para que todo sea muy fácil y para unirnos en comunión pese a las distancias, hemos elaborado dos modelos de celebración que podéis utilizar y adaptar”, señala el delegado diocesano.

Concretamente han preparado dos tipos de celebraciones: una Vigilia con celebración de la Eucaristía, pensada especialmente para los lugares donde, por los horarios, sea difícil añadir una celebración más ese día; y una Vigilia con Adoración al Santísimo.

“María es el principal y mejor ejemplo de confianza en Dios. Por eso, este año, más que nunca, te animamos a estar muy cerca de Ella, a escucharla, mirarla, contemplarla, y a pesar de las dificultades, confiar plenamente en Dios”, concluye José Francisco Durán.