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Sevilla Información. El plano de Olavide. Sevilla: 250 años de su primer plano. Reyes Pro Jiménez


"... mal pagaron los sevillanos cuanto Olavide había hecho o intentado hacer en beneficio de la ciudad."                                                                                          

Francisco Aguilar Piñal
en "La Sevilla de Olavide”

 

No me gustan mucho los aniversarios, las efemérides, ni los fastos varios y variados ligados a la idea de cumplir años. Ya sea quien los cumpla una persona, un monumento, una ciudad … o cualquier hecho que pueda ser más o menos trascendental. No creo que por tener más años sea más importante una ciudad y ni muchísimo menos creo que sea más sabia una persona por el sólo hecho de acumular calendarios vividos. Pero reconozco que, dado lo olvidadizos que somos los seres humanos, los aniversarios son una ayuda para recordar o incluso para conocer lo que aportaron y lo que significaron esas personas, esos monumentos o esos descubrimientos.

Ya estamos en 2021, y este año cumple 250 años el primer plano de Sevilla, realizado en 1771. Era el Asistente de la Ciudad (lo que hoy diríamos Alcalde) Pablo Olavide y Jaúregui, que la gobernaría de 1767 a 1776 y que ordenó la elaboración de este primer Plano, siendo dibujado por Francisco Manuel Coelho y grabado por José Amat. Puede parecernos a primera vista que un plano no es gran cosa, pero Olavide tuvo en él un instrumento imprescindible para llevar a Sevilla a la modernidad, nada más ni nada menos.

 

Detalle del Plano de Sevilla, ordenado por Olavide
(realizado por Coelho y grab. Amat; 1771)

Pablo Antonio José de Olavide y Jáuregui había nacido en Lima el 25 de enero de 1725, además de político y administrador fue escritor, traductor y jurista. Desarrolló con éxito el proyecto conocido como “Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena”, pues en 1767 es designado por Carlos III para una empresa arriesgada: colonizar extensas regiones de Sierra Morena, que eran desérticas y estaban infestadas de bandoleros. La repobló con alemanes, bávaros, suizos, griegos,  catalanes y valencianos. Además es nombrado Intendente de Andalucía (de los cuatro reinos de Andalucía: Sevilla, Córdoba, Jaén y Granada) con autoridad en asuntos militares y de guerra y Asistente de la ciudad de Sevilla con poderes en todo lo relativo a Política, Justicia, y Hacienda.


Pablo de Olavide y Jaúregui (1725-1803)

El plano, llamado de Olavide, es el primer plano moderno y de conjunto de Sevilla, nuestra Ciudad tuvo que esperar al año 1771 para contar con un plano similar al que ya se había levantado de otras ciudades en años o en siglos anteriores. Varias ciudades europeas de los siglos XVI y XVII, incluso de menor importancia y número de población que Sevilla, habían levantado sus planos en dichos siglos, pero Sevilla no lo hizo.

Es curiosa y significativa la leyenda que nos cuenta como el rey Fernando III el Santo subió a la Giralda para poder conocer así el conjunto de la ciudad conquistada, con la misma necesidad de información en el siglo XIII que tendría Olavide en el XVIII.

Existen representaciones parciales antiguas, pero poco tienen que ver con la realidad y menos con la topografía. Una representación parcial e idealizada de la toma de la ciudad ilustra una de las páginas del manuscrito “Genealogía de los Reyes de España”, de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid, datado a mediados del XV.

Detalle del manuscrito “Genealogía de los Reyes de España”,
en la Biblioteca Palacio Real

Podemos ver otras desde distintos puntos cardinales en varios de los relieves del Retablo Mayor de la Catedral de Sevilla, obra de Pyeter Dancart y Jorge Fernández comenzado en 1482, además en pinturas y grabados posteriores a esta fecha que plasman vistas parciales de la Ciudad, normalmente como fondos y muchas veces acompañando la imagen de la Inmaculada y de las Santas Justa y Rufina.

Sevilla, vista desde Poniente, en el retablo Mayor de la Catedral

La primera así llamada “vista general” data de 1585, es anónima y fue grabada por Ambrosius Brambilla. En ella se aprecian algunas calles y monumentos escuetos e idealizados, aunque someramente enumerados; pero lo más significativo que se aprecia en esta vista es lo que sería una constante en todas las representaciones de Sevilla en los siglos XVI y XVII: se destaca la fachada del rio y la actividad portuaria, entonces elemento principal de la economía y la vida de la Ciudad.

Sevilla, Ambrosius Brambilla, 1585

Parece que lo más importante es la apariencia de dicha actividad principal de la Ciudad; pero quizás a un nivel de mentalidad comenzaba ya el “fachadismo” que ha llegado a nuestros días en la “rehabilitación” de algunas construcciones y en un curioso y determinado aspecto del carácter de Sevilla, siempre tocado por la apariencia, por el supremo mandato hasta subconsciente de aparentar.

Esta representación de la fachada u orilla del rio es el elemento fundamental de los grabados sobre las “Vistas de Sevilla” que tuvieron más circulación: en la editada por Joannes Janssonius en 1617, en la realizada por Matheus Merian en 1638, o en la atribuida a  Pedro Tortolero fechada en 1738, sólo por citar algunas de las más conocidas. En la línea de estas vistas de Sevilla desde Triana o desde el Aljarafe, clásicas de los siglos XVI y XVII, el Plano de Olavide presenta el norte a la izquierda del espectador, quizás por querer aproximarse a estas conocidas “vistas”, que podían ser más familiares a quienes usaban el plano, para reconocer algunos elementos de la Ciudad. Este hecho de presentar el norte a la izquierda se repite en planos de Sevilla hasta nuestros días.

Vista de Sevilla, Matheus Merian, 1638

Reproduccion cerámica del Grab. Vista de Sevilla atrib. a Tortolero.
Casa Salinas, Sevilla

Como decimos, el Plano de Olavide es el primer plano como tal de Sevilla y por tanto el primero que puede considerarse moderno. Pues aunque tenga algunas inexactitudes, no incluya algunos barrios y no sea estrictamente topográfico (hablando según los criterios actuales), responde ya a una necesidad de conocimiento de la Ciudad con el objetivo de su organización racional e incluso normativa y refleja la trama básica del espacio urbano intramuros con un alto grado de detalle.

Ello además en una época en la que habían tenido lugar pocos cambios respecto a la ciudad medieval, teniendo así para nosotros el valor sobreañadido de acercarnos al conocimiento de la trama urbana anterior al XVIII, además de reflejar los cambios que habían tenido lugar en su momento y en los inmediatamente anteriores, correspondientes a las primeras actuaciones ilustradas, sobre todo las realizadas bajo el mandato del Asistente Larumbe en 1764 y 1765.

Unos años antes de la formación del plano la normativa estatal había obligado a la reorganización urbana en base a cuarteles y dentro de ellos en barrios, divididos a su vez en manzanas; se sustituye la heterogénea forma medieval de parroquias y collaciones y se rotulan calles, manzanas y edificios principales y se numeran las casas. Ello se aplicó en Sevilla en 1769 (Real Cedula de 13 de agosto) y se plasmarían en cerámicas con el nomenclátor de las calles, las divisiones administrativas (cinco cuarteles), los números de las casas y la denominación de lugares singulares y monumentos. Todo ello tendría su trasunto en el Plano de Olavide, como instrumento de ordenación.

Rotulación de la Calle de las Monjas de la Paz, actual calle Bustos Tavera.
Archivo Hermandad Sagrada Mortaja

Ejemplo de azulejo con división administrativa.
Web “Retablo Cerámico”

Las nuevas ideas ilustradas del momento, ya iniciadas en algunas reformas de plazas, calles o paseos ordenadas por Asistentes inmediatamente anteriores, tienen en Olavide su máximo exponente. Por ejemplo, en los años de su mandato el arquitecto Molviedro acomete una gran reforma en el Compás de la Laguna, un área del Arenal hasta entonces insalubre y llena de mancebías, construyendo una zona residencial con calles amplias.

 

 La Laguna en el Plano de Olavide y reforma de la zona (Arch.Ministerio de Cultura)

Se realizan por toda la Ciudad obras de urbanismo (según la denominación actual) con pavimentaciones y edificaciones bajo criterios de simetría y ensanche, y lo que era más novedoso: pretendiendo adecuarse a las necesidades de la población y dando importancia a la naturaleza en el uso de arbolado, extendiendo a varias zonas lo que ya se había anticipado en la reorganización de la Alameda de Hércules en el siglo XVI.

Así, no es extraño que la labor de Olavide también alcanzase otros aspectos de la vida en la ciudad con intención de renovación, no sólo limitándose al urbanismo o la arquitectura. Como por ejemplo la reforma docente, el comercio y la navegación del río, entre otros. Llegó a emitir normas sobre puntos tan concretos como las representaciones teatrales (protegidas y alentadas), los baños en el rio y la protección de la biblioteca pública. También con Olavide se mejora el abastecimiento de agua y el alumbrado público y se inicia un sistema de beneficencia municipal. Además promulga el primer Reglamento General de limpieza de las calles de Sevilla.

Quizás fuesen precisamente todas estas reformas, su firme carácter en llevarlas a cabo y la acumulación de poder que detentaba, lo que traería para la persona de Olavide el rechazo, el odio e incluso la persecución por parte de algunos integrantes de los estamentos privilegiados de la Ciudad. El hecho es que en 1775 Olavide tuvo que afrontar un proceso por parte de la Santa Inquisición, en él puede que fuese  el elemento religioso sólo un pretexto de quienes no querían ser despojados de sus privilegios sociales y sobre todo económicos. Olavide acabaría en desgracia y huido, aunque terminó sus días ya en tierras españolas pues Carlos IV le permite volver a España en 1798, le restituye todas sus dignidades y le concede una renta anual de 90.000 reales. Pero no quiso ninguno de los cargos públicos que le ofrecen y vivirá alejado de todo círculo de poder, se retirará a Baeza donde falleció el 25 de febrero de 1803, siendo enterrado en la iglesia de San Pablo, donde reposan sus restos, aunque se desconoce la ubicación exacta de su sepultura.

Parroquia de San Pablo en Baeza y lápida conmemorativa de Olavide
en la misma iglesia.

El plano, llamado de Olavide, fue el instrumento básico de conocimiento, información, organización y de toma de decisiones para toda la labor de este gran Asistente de Sevilla y por tanto para el proceso de modernización de la Ciudad. A los más de quinientos años de la entrada en Sevilla de San Fernando se pudo disponer del instrumento que el Santo Rey tanto habría deseado para tener conocimiento de la ciudad, si nos guiamos por la preciosa leyenda mencionada antes.

En 1778, a los pocos años de su edición, el plano fue copiado y ampliado con la zona de Triana, además en épocas siguientes fue muy reproducido y vuelto a editar, en sucesivas estampaciones incluso hasta el siglo XX, podemos citar las de 1903 y 1914. En 1992 se hizo una nueva estampación de la datada en 1903 y posteriormente el plano se ha reproducido en diversas técnicas y con distintos grados de calidad.

El plano de Olavide es accesible en la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España y está estudiado y recogido en varias publicaciones, algunas accesibles digitalmente, como “Planos de Sevilla, colección histórica (1771-1918)” por Joaquin Cortés, Mª Josefa García y Florencio Zoido. Recomiendo el acceso a ambas:

http://bdh.bne.es/.../bdh0000033694

https://www.sevilla.org/.../PlanosYgrabadosHistoricos.PDF

Existen ejemplares en papel, correspondientes a las diversas ediciones y reimpresiones en muchos centros y organismos: el Archivo Municipal de Sevilla, el Servicio Cartográfico del Ejército, la Universidad de Sevilla, la Real Academia de la Historia en Madrid, etc. Además se ha editado en diversas ocasiones y distribuido comercialmente.

Pero es lo fundamental, más importante aún que la conservación de ejemplares de las distintas estampaciones y ediciones del plano o donde se localizan, la difusión y el conocimiento del hito que supuso para la modernización de Sevilla, para su entrada en la Edad Contemporánea.

Por ello, para ampliar la conciencia histórica de la Ciudad y también para dar tributo a la figura de Olavide, es necesaria y obligada la conmemoración de los 250 años del primer plano de Sevilla.

 

Reyes Pro Jiménez

Historiadora y Bibliotecaria










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