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Monseñor Saiz Meneses tomó posesión de la Archidiócesis de Sevilla


Daniel García Acevedo. Sevilla ya cuenta con un nuevo arzobispo, el 130 que ocupa esta sede, tras la ceremonia de presentación y toma de posesión de Monseñor José Ángel Saiz Meneses celebrada hoy, 12 de junio, que viene a reemplazar a Juan José Asenjo Pelegrina, quien se despidió de su cargo el pasado sábado día 5.

José Ángel Saiz Meneses viene de ocupar el obispado de Terrasa, desde el año 2004 y anteriormente fue obispo auxiliar de Barcelona. Nacido hace 64 años en Cuenca.

La ceremonia comenzó a las 10,45 horas en la mayor puerta de la Catedral de Sevilla, la de la Asunción, donde una comitiva formada por el nuncio, Bernardito Auza, el arzobispo electo, José Ángel Saiz Meneses y el administrador apostólico, Juan José Asenjo Pelegrina, fueron recibidos por el Cabildo. El vicario general, Teodoro León, dio a besar el Lignum Crucis al nuncio y al arzobispo electo para, posteriormente, dirigirse todos a la capilla de la Antigua para orar ante el Santísimo Sacramento. Antes de comenzar la eucaristía, se revistieron en la sacristía de los Cálices.

Quisieron acompañar a D. José Ángel en su llegada a nuestra ciudad cerca de cuarenta cardenales, arzobispos y obispos de España, entre los que destacamos a Fray Carlos Amigo Vallejo, Juan José Omella, Antonio Cañizares y Antonio Mª Rouco. La Virgen de los Reyes presidió el altar del Jubileo.

Por la parte civil, numerosas personalidades, igualmente, estuvieron presentes en el primer día de Saiz Meneses en el gobierno de la archidiócesis, desde el alcalde Espadas hasta representantes de la Junta de Andalucía, estamentos militares, colegios profesionales, Consejo de Cofradías y el alcalde de la localidad de Sisante, entre otros.

Al empezar la santa misa, la presidencia la ocupó el nuncio de Su Santidad. Tras una alocución del administrador apostólico, Asenjo Pelegrina, el nuncio presentó a Saiz Meneses, se mostraron y leyeron las letras apostólicas, con el nombramiento del arzobispo, firmadas por el Papa Francisco I, por el canciller de la diócesis, Isacio Siguero. Después de esta lectura es cuando José Ángel Saiz Meneses ocupó la cátedra y recibió el báculo. Este hecho fue recibido por fuertes aplausos entre los asistentes, pasando una representación de la archidiócesis (sacerdotes, religiosas y laicos) al presbiterio a saludar al nuevo arzobispo. Desde ese momento la presidencia estuvo ya a cargo de Saiz Meneses y la eucaristía discurrió como de costumbre.

Las lecturas escogidas para esta eucaristía fueron, para la primera lectura Jeremías 1, 4-9, el Salmo responsorial 22, la segunda lectura de Romanos 12, 4-8 y el santo Evangelio de Juan 15, 9-17.

Aunque en noticia aparte les ofreceremos íntegro el texto de la homilía del nuevo arzobispo, entresacamos las siguientes partes: “Inicio hoy mi ministerio episcopal con asombro y con profundo respeto. Como el profeta Jeremías, me siento pequeño e indigno”. “Los caminos del Señor me han conducido hasta aquí para ser un eslabón más de la cadena apostólica, al servicio de esta querida Iglesia diocesana de Sevilla”. “Ante la cultura dominante y relativista ofrecemos la centralidad de la Persona de Jesucristo. Porque la esencia del cristianismo es Cristo y la vida cristiana comienza a partir de un encuentro con Él, porque Cristo es el centro de la vida y de la misión”.

La coral polifónica de la Catedral puso las notas musicales de la ceremonia, dirigida por D. Herminio González Barrionuevo.

Terminó la celebración con el rezo del Salve Regina en honor de la Virgen de los Reyes.

El Cabildo Catedral quiso sacar para la ocasión varios enseres litúrgicos destacados como, por ejemplo, la cruz relicario del Lignum Crucis, de esmaltes y camafeos, donada a la Catedral el 1389 por el cardenal Pedro Gómez Álvarez de Albornoz. Igualmente se usaron bandejas de plata y cáliz de oro, donación del arzobispo Delgado y Venegas en 1777, junto con otro cáliz de oro, en este caso de la escuela mexicana, donada por el arzobispo Vizarrón y Eguiarreta.

Como ocurrió en la misa de despedida de Asenjo Pelegrina, la eucaristía se pudo seguir por el lenguaje de signos.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo y Miguel Ángel Osuna Abril.










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