La saeta que hizo justicia. Moisés Viretti Fernandez

La Saeta, oración hecho cante, podría ser una de sus muchas definiciones, pero las que hacen justicia, son contadas con los dedos de una sola mano.

A la hora de rezar, orar o meditar al Señor, cada cofrade o artista tiene su propio estilo, muchos rezan con su música interpretando marchas procesionales o música sacra, de ahí, que los saeteros y músicos se diga en el lenguaje tradicional cofrade sevillano, que son primos hermanos a la hora de rezar, aunque sean estilos completamente diferentes.

Durante muchísimo tiempo, estos oradores han poblado nuestra mariana ciudad, y algunos de ellos con renombre, han formado su propia familia en barrios castigados por la dejadez, la droga o incluso la prostitución.

Llega el momento de hacer eco de su oración hecho arte, y pese a solicitarlo en aquellos días, momentos, o sitios donde desde siempre fueron eco y orgullo de su religión, se les deniega o simplemente hacen oídos sordos…

El silencio abrumador de la garganta parece no atreverse mas hablar, cantar, rezar, llorar…pero Dios con la cruz a cuestas quiere escuchar, por que pese al silencio de su caminar, siempre escucha, digan lo que digan los demás.

La calle donde aguardaba el tesoro de su garganta se hizo su iglesia de protección, su familia el mejor escudo, animo y fuerte caparazón, y sin saber por qué, el alma entendió, que el Dios de Sevilla quería escuchar ese rezo, esa oración…y así fue, la saeta salió¡…salió como galeón armónico de una eterna devoción, convirtiéndose en justicia, ya que aquí no se pedía nada del otro mundo, solo precaución, que aunque otros no la proporcionaran estando al alcance de su mano, si lo hizo el mismísimo Dios.

Enhorabuena artista¡¡, que aunque muchos crean que no, aquel que ha venido de San Lorenzo os escucha, por mucho que tenga alrededor.

Nunca dejéis de rezar a vuestra manera, que el cielo os entiende con razón, y el que lo reina, se sentirá siempre agradecido.

Foto: Juan Alberto García Acevedo.