El orgullo de un hijo. Antonio Sánchez Carrasco

En estos tiempos en los que todo se mira con lupa. En estos tiempos en lo que todo se analiza. En estos tiempos en los que las redes lo exprimen todo. En estos tiempos en los que se opina y se reopina sin conocimientos. En estos tiempos en los que las ideas y los argumentos son dirigidos. En estos tiempos que como pienses distinto ya eres algo a extinguir. Son tiempos en los que declararse rociero es algo transgresor. Si, tener Fe Mariana a una Virgen e irte a algo más de 80 km desde Sevilla, por ejemplo, a verla es algo que cada año se sale más del ideario común. En un país como España donde asentamos y creímos más la leyenda negra, que en los países anglosajones (sin rima) ser rociero se está convirtiendo en ser un antisistema.

A priori, cuando hablas en una reunión alguien desde el desconocimiento y que no conozca el paño, te contará que los rocieros son una especie de individuos que se dedican a la juerga, a la droga, al sexo y al maltrato animal.

Todo desde el amplio conocimiento que le da haber ido una vez en romería. Vamos lo que es un estudio profundo del caso. Eso sí con esa toma de datos tan "amplia", se da el diagnóstico  y se culmina con un "eso es así " y punto. No escribo estas líneas  para convencer a nadie de nada. Ni se me ocurre, ni tengo tiempo. Menos hoy 13 de junio día de mi Santo y el día que mi Madre cumple 80 años, los mismos que ya tiene mi Padre desde el 3 de mayo. Para colmo también hoy hacen años de su toma de dichos, aquel trámite previo a su boda. Aquella boda de la que surgimos  mi hermana y yo. Hubo un tiempo en el que el día de las carretas era fiesta y ni mi hermana ni yo íbamos al colegio. Veíamos  como mi tía María se iba descalza tras el Simpecao de Triana. Mi hermana no es nada Rociera y yo soy muy jartible. Por eso hoy quiero congratularme de tener los padres que tengo que me criaron en libertad de pensamiento pero dándome a conocer las costumbres de mi tierra. Una tierra donde predominaba el conjunto antes que el individuo y que tenía el alma en sus costumbres, no en lo que pudiera pensar las personas de los demás.

Hoy 13 de junio quiero aprovechar, ya que tanto uno como el otro me dicen siempre "no te gastes dinero", quiero desear a ambos un cumpleaños y un aniversario de dichos feliz, y que ojalá algún día puedan estar de mi al menos la mitad de orgullosos que yo estoy de ellos. De unos padres que me enseñaron a respetar a los demás empezando por el respeto a mi mismo.

El sábado pasé por la calle Pureza y vi a la Esperanza antes de su ausencia, la Virgen de mi Padre, aquel trianero que terminó enamorándose de una muchacha de Ciudad Jardín que hoy cumple años, pero eso ya os lo he contado. Sean felices y tengo cuidado ahí afuera.

#LosLunesAlSol

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.