El cofrade de verano cuarta entrega. Mariano Lopez Montes

Al tener la suerte de contar con un universo amplio de intérpretes en este “mundillo cofrade” siempre existe la posibilidad de añadir nuevos actores que en un primer o segundo plano sean más o menos protagonistas de esta representación teatral hecha con el único interés de animar y entretener al lector y mirar desde un punto de vista  satírico, parte de nuestra realidad, en la cual cada uno se puede ver más o menos reflejado.

Nunca podríamos olvidar al meritorio y sacrificado “Cofrade Evangelizador” integrado por cofrades de un alto espíritu religioso y comprometido con la función que ejerce durante todo el año como Diputado de Cultos u otra actividad afín a su pastoral tanto en la Hermandad, como en otras actividades.

El cofrade evangelizador siguiendo fielmente a aquella antigua canción que refería: “La mies es mucha, pero los operarios pocos ...”. Aprovecha los días vacacionales para,  ejerciendo su labor misional en aquellas tierras de ocio que sufren la masificación de miles de veraneantes dispuestos a todo, con la disculpa de que en vacaciones todo vale y ciertos excesos siempre están permitidos.

Esta oportunidad no se puede dejar pasar, porque además de que el número de fieles se ha duplicado, triplicado o más durante julio y agosto, muchos de estos operarios también se han ido de vacaciones.

Supongamos que estos cofrades evangelizadores se llamen Pepe o Paco y que suelen ejercer su misión y acción, bien sobre las arenas ardientes como fervientes peregrinos, o bien acercándose a la iglesia o parroquia ofreciendo desinteresadamente sus servicios en forma de pastoral vacacional como auténticos cruzados que son, siempre dispuestos a la recaptación de infieles olvidadizos o quizás tibios como se les suele llamar ahora.

Pueden ejercer su labor pastoral en diferentes latitudes geográficas litorales y balnearias, y lo mismo sea en Matalascañas o Mazagon, su misión titánica y misional  no puede tomarse ni un día de vacaciones.

Cuentan la anécdota  más o menos real o fantaseada por la imaginación, que uno de estos cruzados editaba unas estampitas o panfletos nada revolucionarios que entregaba, como Moisés  hizo con sus mandamientos en el  éxodo, pero esta vez el Sinaí se había convertido en el paseo marítimo y el mar o las mareas siguieron su ritmo de siempre. Además esta publicidad evangelizadora era costeada por él mismo y sin ningún espónsor publicitario.

Y un detalle a tener en cuenta es la forma de vestir y comportamiento fuera y dentro del espacio playero, porque un comportamiento inadecuado y una vestimenta estrafalaria conseguirían que nuestro “Cruzado Cofrade” perdiera totalmente su yelmo, su cota de malla, su coraza y su espada.

Un actor o mejor dicho unos actores que deben de tener unos papeles relevantes estaría formado por esos miembros eminentemente currantes y creativos que conforman  los priostes, vestidores y otros estilistas que donan su trabajo y talento para la decoración del escenario escénico de aquella Opera en la calle, como un día escuche decir a un cursi, refiriéndose a una cofradía. Esta tramoya invisible que existe dentro de las hermandades es la responsable directa de ofrecer con su magia aprendida el éxito o fracaso de cada montaje.

Bueno pues estos actores en aparente segunda fila no dejan de maquinar durante el verano nuevas y novedosas creaciones, para ello contactan con otros priostes veraneantes y aficionados al tema, en este apartado también debemos incluir a estilitas, vestidores y otros recreadores de estas artes escénicas y hacer un análisis descriptivo y concienzudo de las cofradías locales, y es ahí donde surge su vena critico inquisidora sobre la realidad local, claro siempre desde una óptica constructiva y apoyándose en la caridad cristiana, bueno eso es lo que se dice para quedarse más a gusto  y tranquilo.

La valoración se puede hacer en conjunto o al detalle como harían los vestidores o estilistas.

Muy raro o rarísimo es que estas hermandades locales alcancen el aprobado en su montaje a no ser que cuenten con imágenes de cierto valor artístico, es entonces cuando surge el sentimiento de mejora expresado en magnanimidad de estos entendidos. ¡No está mal del todo, pero yo lo cogía y hacia un milagro!, porque valor no le falta pero la priostía de aquí deja mucho que desear y le falta mucho que aprender. ¡Cuidao ese prioste!, ¿no se da cuenta que las velas están to torcias?. ¡Y esos candeleros, sobre todo el de la izquierda que esta cojo, con lo fácil que es ponerle una cuñita; y yo no es por criticar!. Y ese altar que seguro no lo doran desde que el oro se fue a Moscú, con lo baratito que sale un arreglillo, o si el Mayordomo es muy agarrao un bote de purpurina que se compra en la droguería de la esquina. ¡Y el dosel por Dios y por la Virgen Santísima. Mira el agujero y el siete que tiene al lado del San Juan. ¡Vamos! ¿Que no hay ninguna devota ni ningún muchachito modosito que le eche un remiendo?. ¡Y el polvo por Dios!, que un plumero es baratito y se pasa enseguida. ¡Y la luz, que se ha puesto cara pero esto parece un entierro de tercera! Y las flores de colorines, vamos yo no se las pondría ni a una tumba del cementerio. Bueno me voy a callar porque yo siempre lo digo sin ánimo de criticar, lo que pasa que como me duele, por eso mirar y opinar me desahoga.

Si el prioste ejerce su función descriptiva a nivel global, aunque después perfile en detalles concretos, es decir una visión macro del conjunto de lo expuesto, El Estilista o vestidor lo ve desde su parcial y erudita visión de lo micro, es decir hilando más fino y centrándose sobre todo en la vestimenta y aderezamiento de las imágenes sobre todo de las Vírgenes. A veces exclama un grito de pavor desenfrenado al ver lo que está viendo,  ¡La Virgen Santísima que cosa! ¡Que Ella me perdone por ser quien es, pero la verdad, ¿quien la ha vestido así de trapillo?, vamos que han comprado el género en “el mercaillo de los gitanos ...”. Y ese raso descolorido y ese terciopelo que como mucho llega a medio pelo, y esos encajes de máquina, que bastos. Parece que los han  comprado en el chino. ¿Y esos bordaos de recorte? ¡Que horror! Y las lentejuelas que parece una vedette de segunda. Bueno no me quiero irritar que me van a entrar mis ataques de ansiedad y me pongo malísimo...

Normalmente va acompañado por un amigo de las mismas inclinaciones estéticas, o de algún chaval jovencito que hace méritos para en un futuro ejercer esta actividad, que más que esfuerzo requiere la sensibilidad y el gusto de este tipo de cofrade. Porque últimamente entre jóvenes también hay mucha afición y pasión  por el oficio, que tiene sus primeras figuras famosas en este mundillo cofrade, igual que los grandes matadores en los toros, pero estos principiantes como los novilleros tienen que aprender de manos del maestro y empezar por una virgencita propia o de algún familiar y después vestir o torear en plazas de segunda categoría hasta torear como sus admirados maestros, nada más y nada menos, que en "La Maestranza".

Hay otra situación que se da con frecuencia sobre todo en los priostes, esta vez sobre la arena playera cuando se encuentran a otro prioste o miembro de la hermandad, y le cuenta el proyecto que tiene soñado sobre el montaje del quinario y los besamanos o veneraciones últimamente. Bueno, ilustra con la ayuda de un palo sobre la pizarra de arena mojada todo el montaje, que según él, va a dar mucho que hablar en Sevilla. Después de unos segundos de silencio siempre afirma, claro toda esta maravilla requiere más velas, más flores, más iluminación y poner todas las cosas buenas que tiene la hermandad, pero al final como todos los años vendrá el rácano del Mayordomo y me dirá como hace todos los años que más baratito, que hay muchos morosos que no pagan y otros que no son morosos pero que no dan ni un duro, etc., etc., etc.

Y en ese momento mágico, casi como un buen sueño que el prioste ensimismado  recrea y goza de su futura obra, entre nubes de incienso cera y flores, surge la voz estridente de la parienta que le grita !Pepe!, clava más la sombrilla, no te das cuenta que el levante se la va a llevar con el viento. Este hombre todo el día pensando en las musarañas y nunca está en lo que tiene que estar. 

Fotos: Mariano Lopez Montes