La espalda del Rey Negro ... Dedicado a Alejandro Marchena Blanco. Mariano López Montes

Después de estos días de intensa vorágine, muchos exclaman con la impaciencia de aquel que se quiera quitar un peso de encima: «Que ganas tengo de verle ya la espalda al Rey Negro».

Los semanasanteros más recalcitrantes sueñan un día sí y el otro también en que ya han desaparecido las luces de las calles, las campanitas, los paquetes de las compras y hasta aquellos villancicos callejeros que siempre cantan unos señores y señoras, más bien de edad madura, con cierto estigma parroquial y que siempre suelen tener mucho frio, porque van con bufanda y en sus canciones nunca falta como instrumento una botella de aguardiente. ¡Por Dios como es comparable «La Estrella de La Cabalgata» con «Estrella Sublime», los ropajes de los mil beduinos con la túnica de terciopelo merino y ya no hablemos del ruan que eso sí que son palabras mayores!

Y eso que las Hermandades se han vuelto cada vez más, muy cabalgateras, con esos carteros que solo trabajan para los monarcas y esos heraldos que funcionan como si adelantados de las Indias se tratase. Esas marchas de Walt Disney o de esos antiguos payasos de la tele o el ¡Ya vienen los Reyes Magos! ¿Como se puede comparar con Font de Anta, Abel Moreno, López Farfán o nuestro añorado Bienvenido Puelles? ¿Y cómo se puede comparar una nube de incienso con el olor a garrapiñada o el humo del asado de las castañas? ¿Y ese andar monótono y a veces a trompicones de las carrozas se puede comparar con el valiente caminar del Herodes, los cambios de San Gonzalo y Triana o la gracia en el andar de un paso de palio y para negros El Jueves Santo cuando aparece la Cruz de Guía de Los Negritos?

La verdad es que todas estas frustraciones las pagamos con la espalda del Rey Negro. El Señor Baltasar o Monarca Baltasar, se convierte para muchos en el punto y final de todo lo acontecido desde hace días en que las ilusiones se han vuelto cansinas.

La verdad que en esta vida todos nos cansamos de todo, porque en muchas ocasiones nos falta el ánimo o somos como se suele decir «culillos de mal asiento».

Pero querido Alejandro hoy es tu gran día porque además de tu cara pintada de color, como es políticamente más correcto en la actualidad y tus manos de igual color vas a tener una oportunidad, no muy larga y que solo se repite una vez en la vida, de reinar por unas horas en el trono de la ilusión, la fantasía y el más difícil todavía, como se decía antiguamente en aquellos circos de tigres leones y elefantes de nuestra niñez. Vas a vender o mejor dicho a regalar estas cosas grandiosas que normalmente no se compran con ese dinero que todo lo puede en este mundo de hoy.

Todo en esta vida es un teatro en que cada uno tiene su papel secundario y hoy a Ti te ha tocado desempeñar el papel principal, la alegría, el jolgorio y la esperanza en conseguir lo que nunca han tenido, también son parte inseparable de cada uno de nosotros en esta vida que a veces como suele ocurrir hemos cambiado la palabra guerra que siempre significa destrucción y muerte por la palabra paz que siempre significa paz y esta siempre equivale a la vida.

Desde la infancia y hoy es tu día, vas a ser el Rey más querido, el que más regalos traes y el más esperado y siempre tu reinado no será de este mundo, porque siempre fuiste el más querido, aunque no seamos monárquicos y arriba en tu trono fabricado con colores y luces deslumbrantes también irán aquellos «negritos» que mueren en nuestros mares, aquellos otros que sufren la explotación y la miseria y sueñan con un mundo mejor como el que vamos a disfrutar esta tarde.

Tu noble espalda que muchos anhelan como aquel Fin de las películas de los cines de barrio que veíamos los sábados por la mañana, va a soportar esta tarde muchas cosas y significados que la mayoría de las veces no vemos ni queremos ver.

Esa negritud hoy magnificada y la mayoría de las veces en la historia menospreciada tendrá su principio con el sol y su fin cuando el negro cielo de Sevilla cubra la noche de la ilusión sobre todo en los niños, ya que los adultos al haberla olvidado, la mayoría de las veces no nos enteramos de nada.

Que llegará un próximo y anhelado Domingo de Ramos donde nos hemos visto tantos años por San Juan de La Palma, Tú vestido siempre de blanco y solo adornado con La Cruz de Malta y yo con la arpillera costalera, pero siempre unidos por la misma devoción y pasión.

En fin Alejandro y antes de que empiece todo y recordando aquella maravillosa letra de Serrat ¡!Hoy puede ser un gran día y mañana también!!.

 

Fotos: Fco Javier Montiel