La Resistencia. Antonio Sánchez Carrasco

En medio de la Sevilla del siglo XXI. En medio de una Ciudad de escenario y grandilocuencias venidas a menos. En una Semana Santa de cada más egos y más desvirtualizada, aún quedan instantes y lugares en los que el tiempo se detiene y todo el mundo pasa como siempre. Como si la globalización aún fuera un concepto y no una realidad. Esta Cuaresma aún no había pasado por esa zapatería de la calle Imagen, de la que no recuerdo el nombre aunque tampoco es necesario, porque sigue siendo ese rincón sevillano donde se guarda esa esencia que recuerdo. Escaparates donde se muestran pasos en miniatura, carteles del año en curso, todo ello entre zapatos de los de siempre y zapatillas de andar por casa.

A veces ponen un incensario para darle aroma al olor de estos días, en un centro que poco a poco va perdiéndolo todo.

Recuerdo Cuaresmas en las que hacía información diaria y buscaba rincones o sitios en los que se guardara esa esencia que denotaba la fe que crecía en la Ciudad. Ahora que ya el Casellas ha formado el lío,  ahora que ya los puristas han salido a criticar su pregón,  ahora que los pintores pintan para el arte y no para la fe, ahora que se desgañitan en redes con las Asociaciones Civiles que ponen paso en la calle, ahora que el final de la espera se adivina. Paso por la puerta de esa zapatería el domingo de pregón  y veo sus puertas cerradas como un comercio que trata de seguir el horario de cuando el centro estaba habitado por sevillanos. Pasamos por la Campana para llegar al Santo Entierro donde ya hace días que la Canina se sienta en la oscuridad de las naves de la iglesia y pienso en lo que era Sevilla y es, a una semana de que el centro vuelva a abrirse a Cofradías,  veremos como se mimetizan,  trolleys,  chanclas, patinetes y todas aquellos ingredientes de la Sevilla de ahora. El lunes que viene no andaré por aquí,  nos vemos el lunes de Pascua. Disfruten y sean felices.

#LosLunesAlSol

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.