Arte Sacro
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El vuelo de las cotorras. Antonio Sánchez Carrasco


La tarde del Viernes Santo en el Salvador mientras mis hermanos de la Costanilla acercaban a Dios y a su Madre al pueblo con ese cadencioso y presto paso que imprime el ruan del luto, caí en la cuenta de que habían pasado algo más de  cuatro horas desde la hora nona y en ese momento ya las tinieblas habrían abrazado la tierra. En Sevilla en la tarde del Viernes Santo cuando no hay música la ponen los vencejos y golondrinas que revolotean las plazas, o mejor dicho, la ponían. Ahora son las cotorras, especie invasora, quienes volando sobre Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas daban a la escena un tinte más similar al delta del Orinoco que a la Plaza del Salvador. Era la metáfora perfecta de una Ciudad que abraza lo foráneo y desecha lo propio como si no estuviera cargado de valor. Una Ciudad que siendo distinta se empeña en ser como las demás. A remolque como para casi todo fuimos a celebrar la reposición de un culto que llegó a reponerse con la ineludible presencia de la figura de la Virgen, que para Noviembre tendrá su momento,  en una procesión sin cornetería ni izquierdazos.  A pesar de ello hoy hay que sacar cosas buenas, la Ciudad ha hecho caja aunque los bares hayan tenido que dedicarse a aforar para que no llegarán los que hacen el marcaje férreo en forma de multa, aunque después se vieran botellonas en sitios tan curiosos como la puerta de Fiestas Mayores en la Moneda. A pesar del lunar de sillas y bares, los servicios municipales y las  fuerzas de seguridad han funcionado a las mil maravillas. De todas maneras estas letras van por el intríngulis de perder en la calle lo que a mí me enseñaron. Sin poner ejemplos, ser cívico, y que cuando estás en la calle hay que comportarse y si haces algo mal, disculparse. Si a esto le unes los siseos para el que quiere escuchar la marcha y los aplausos a las levantás. La Semana Santa que conocimos se está convirtiendo en una Semana Santa digna de este tiempo, individualista y egoísta, en la que se pasa por medio de bandas que están tocando o filas de nazarenos que se mueven. Es curiosa esta sensación de desasosiego después de haber vivido una Semana Santa plena, debe de ser que no me gusta el sonido que emiten las cotorras cuando vuelan.

#LosLunesAlSol

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.










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