Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • miércoles, 24 de abril de 2024
  • faltan 354 días para el Domingo de Ramos

LA ÚLTIMA ESPERANZA. José Cretario. ABC Sevilla


Frente a la muralla, allí donde el campo empezaba, aquellos hortelanos que hace medio milenio se empezaron a congregar para rendir culto a las Cinco Llagas, no conocían todavía a la Virgen de la Esperanza. Una generación y otra y otra tuvo que aguardar algo más de trescientos años para que un escultor romántico le diera forma de imagen sagrada a uno de los tesoros más importantes del ser humano, la esperanza, el sueño de que aquello que se anhela se convierta en realidad. Hoy la Esperanza de la Trinidad, en las vísperas de recibir el mayor tributo de la Iglesia, la coronación canónica, regresa a nosotros en este trance de la espera. Como un hito clavado el este desierto cofradiero de junio, a más de trescientos días para volver a ver el primer nazareno, la Virgen, paradigma de la dulzura en el estado más puro, va ayudarnos a entender todo lo que significa.

Ya sabemos que es la última Esperanza. Cuando la Semana Santa se encuentra deshojada en la melancolía de una noche fría de Viernes Santo, todo parece que se ha consumado. El cansancio derrota al cuerpo, la agonía, al alma que sabe próximo su abandono... La vida en ese instante es como un andén solitario al que va aproximándose la locomotora del adios. La Trinidad es la barrera inesperada. Los cincuenta años que lleva la hermandad saliendo en sábado santo le han servido para ser la cuerda que se agarra para que la Semana Santa no termine nunca de irse. Hay despedidas solemnes como la de la Soledad, las hay nuevas como la de la Resurrección, pero la de la Trinidad nunca es una despedida. Es si se quiere un hasta luego, un juramento de que nos vamos a echar mucho de menos, la promesa de una próxima cita. Ahí está el poder de las imágenes, en su capacidad de transmitir emociones y sensaciones a la par de servir como vehículo en el que viaja nuestra fe. Cuando todo se ha perdido, cuando parece que no queda nada, sabremos siempre que donde las antiguas huertas, por la Trinidad, nos espera el almibar de una Virgen a la que el sábado le van a poner una corona.

PD. Permitanme que le dedique estas lineas a mi amiga Isamay, que se va de Sevilla antes de que Sevilla se vaya para siempre de ella.

www.sevilla.abc.es










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.