"A la Macarena no le hacen falta flores". José Luis Martínez. Diario de Sevilla.
José Ramos García era popularmente conocido por el sobrenombre de su padre, Ramitos, Manuel Ramos Almengual, sustituto de Antonio Díaz como florista de la de la Macarena. Su padre, creador de los ramos de fanal para los pasos de palio, le enseñó todos los secretos del arte de la floristería. Ramos Almengual, hermano de la Macarena desde el 26 de diciembre de 1940, falleció el 13 de mayo de 2004. Durante los años de su vida supo perfectamente transmitir todos sus conocimientos a sus hijos, Manuel y José Ramos Perea, que regentan una floristería en plena Plaza de la Encarnación. Incontables son las madrugadas que han vivido a solas con la Virgen de la Esperanza y el Señor de la Sentencia exornando sus pasos. "La devoción a la Macarena y a la Virgen de los Reyes nos la inculcó mi padre desde chicos".
Manuel comenzó con diez años a trabajar junto a su padre. Cada sábado iba a la basílica. Nunca olvidará, a los 14 años, el impacto que le produjo ver por primera vez a la Macarena en el paso de palio: "Tan brillante y sin flores... Mi primer cometario aún lo recuerdo. A este palio, tal como lo veo, no le hace falta ni ponerle flores". De su padre recuerda que "era increíble el perfeccionismo con el que siempre trabajaba. Era muy mijita y bastante meticuloso".
El exorno de un paso de palio suele tardar bastante. En la basílica, los Ramos Perea emplean unas tres horas. Con respecto a la Macarena, visitan la basílica el Miércoles Santo -una vez que finalizan su trabajo en Montesión- sobre las 22.00 y finalizan sobre las dos de la mañana, "pero antes de llegar a las iglesias todo lleva una preparación. En el almacén estamos bastante tiempo. En el caso de la Macarena estamos casi toda la mañana confeccionando los ramos de fanal pues, a diferencia de los demás, llevan doble hilera, una por dentro y otra por fuera y además al final se le coloca azahar de la finca de la Juliana. En los palios, lo más complicado está en las jarritas delanteras".
La forma de colocar las flores ha evolucionado mucho. Hace veinte años se cargaban mucho las esquinas "porque antes se trabajaba más para tapar los posibles defectos de los enseres. Con el tiempo todo se ha ido perfeccionando a favor para que se vea mejor todo lo que conforma el palio". La saga de los Ramitos siempre ha sido tachada de seguir una línea demasiado clásica con el color blanco en el palio, exceptuando el de la Virgen del Subterráneo y el Dulce Nombre, en los que utilizan flores de color rosa muy pálido. En los misterios siempre predomina el rojo morao. Manuel Ramos se defiende ante estos comentarios: "Nosotros siempre seguimos la línea que nos marca cada prioste. Lo que intentamos siempre es plasmar lo mejor posible lo que nos piden".
¿Aguantan las flores como antes? Hoy en día y a pesar de los comentarios que surgen cada día de la Semana Santa en torno a un paso, los adelantos han hecho posible que el cuidado que había que tener hace unos años para que las flores no se estropearan ha cambiado bastante: "La mayoría de las flores van en agua. Antiguamente sólo iban con alambres y en trigo. Y aún así aguantaban. Evidentemente hay algunas flores más delicadas que con el calor se estropean antes, como es el caso del lirio, y al no ir en agua sino en un monte o en un friso que va en una esponja seca da pie a que se pueda deteriorar antes".
Uno de los temores de la mayordomía está en el coste de las flores, al subir cada año el precio. Una de las claves está en Chipiona, al ser de esta la localidad gaditana de donde proceden la mayoría de las flores. "Antes había muchas personas sembrando, pero ahora quedan pocas, por lo que suelen subir bastante los precios". Otro factor es el clima: "Recuerdo hace dos años que hubo una helada muy grande y destrozó la mayoría de los campos de Chipiona y hubo que recurrir a Colombia, subiendo bastante el coste. Por eso también puede depender la subida dependiendo de dónde procedan las flores: "Durante unos años la Macarena solicitaba orquídeas y sólo las había en Tailandia".
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