Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • sábado, 20 de abril de 2024
  • faltan 358 días para el Domingo de Ramos

El alcalde quiere introducir el lenguaje de signos en el Pregón. José Luis Martínez. Diario de Sevilla


El alcalde desea que el año que viene el pregón pueda llegar a los sordomudos. Alfredo Sánchez Monteseirín apuesta por algún sistema que lo haga posible, "ya sea mediante unos rótulos o de otra forma. Sería muy bonito -dijo- que pudieran seguir el Pregón las personas que no lo pueden oír". Con esta declaración de intenciones finalizaba el acto de homenaje al pregonero en el Real Alcazar.

Finalizado el Pregón, Enrique Esquivias era esperado en los camerinos por su familia. Satisfecho tras dar el "pregón de Sevilla y de los sevillanos", recibió el primer aliento del cardenal arzobispo de Sevilla, monseñor Amigo: "Enrique ha puesto sobre el tapete los grandes problemas del momento actual y nos ha apuntado las soluciones. Después de las primeras frases del pregón, podía haber terminado y hubiera sido uno de los mejores que hubiésemos escuchado. Hablar de aquellos que no lo iban a poder escuchar es de una valentía muy grande. Un pregón tanto para creyentes como para no creyentes".

Muy emocionado acudía a los camerinos el presidente del Consejo, Manuel Román. Con visibles lágrimas en los ojos, no ocultaba las emociones que había vivido escuchando el pregón: "Ha sido un rosario extraordinario, que he vivido con una intensidad tremenda". Sin terminar la opinión sobre el pregón, Roman se marchó llorando y bastante emocionado a un camerino. Minutos después acudía a su auxilio el secretario del Consejo, Joaquín de la Peña. Gonzalo Crespo, delegado de Fiestas Mayores, se despedía ayer de las presentacciones de pregoneros. Estaba también bastante emocionado y destacaba como uno de los momentos más bonitos la referencia a la Macarena, "y a la gente desfavorecida y necesitada, que ha sido el fondo del pregón".

Llegaba la hora de ser saludado por numerosos cofrades que querían felicitarle tras oír un pregón "sencillo y honesto, lleno de vivencias de un gran cofrade", mientras sus dos hijos no se separaban de su padre. Uno de los primeros en dirigirse al pregonero fue el hermano mayor de la Macarena, Juan Ruiz, que no ocultó su satisfacción: "Me ha gustado que Enrique se haya mostrado como él es en la realidad". El pregonero del año pasado, el sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, se acercó también a saludar al pregonero: "Nos has puesto a todos el corazón en un puño. Me ha encantado". Manuel Soria Campos, delegado diocesano para las hermandades, estaba muy contento por un Pregón "con un claro contenido evangelizador, misionero y muy valiente en estos tiempos y perfectamente entendible por el cofrade".

El candidato a la Alcaldía por el PP, Juan Ignacio Zoido, destacó a la salida del teatro "un pregón muy comprometido donde ha puesto de manifiesto sus creencias religiosas y ha mezclado el sentimiento religioso con el cofrade, y el compromiso que tienen las hermandades. Agustín Villar, candidato a la Alcaldía por el PA, resaltó que el Pregón "ha sido muy crítico con la sociedad actual, ya que no se ha andado con pasteleos ni nada por el estilo".

Finalizado el tradicional almuerzo en el Real Alcázar, tomó la palabra Miguel Esquivias, hijo del pregonero: "Te agradezco, en nombre de mi hermano y mío, habernos hechos particípes de todo lo que has vivido durante los últimos meses". El escritor, pregonero de la Semana Santa de 1996 y miembro del Consejo Editorial de Diario de Sevilla, Carlos Colón, intervino también en el acto: "Enrique Esquivias ha hablado en su pregón de una Semana Santa en la que el plural no cabe, porque el plural, el nuestro, sólo se puede decir en religión cuando hay emoción de verdad desde la pertenencia. La Semana Santa es la del devoto que le dice al Señor: Hueso tuyo y carne tuya soy. Y es la del Señor que le dice al devoto: Te conozco desde el vientre de tu madre, cuento cada uno de tus cabellos. Es una relación personal. Y tú así lo has contado, Enrique. La Semana Santa de todos es la de nadie. Cada sevillano que la vive y que la siente es dueño absoluto de ella".

El que fuera hermano mayor del Gran Poder y pregonero de la Semana Santa de 1980, Miguel Muruve, también tuvo palabras para el pregonero por un texto "que responde a la verdad. Y la verdad es muy simple: Creo en Dios. Y que en Sevilla hemos aprendido a celebrar esa gran verdad con unas formas que las entiende todo el mundo". Por último tomó la palabra el alcalde, que explicó las sensaciones que le había dejado el pregón. Frases como "para mí ha sido el pregón de Quique, no de Enrique" o "me ha gustado mucho el principio y el final, y me he emocionado y he llorado varias veces durante el pregón", dejaron patente que la oratoria del pregonero caló en el alcalde. Un año más cerró el almuerzo del Real Alcázar el saetero Miguel Loreto.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.