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Crónicas desde la Campana. Mucho retraso y frío en el Domingo de Ramos. Daniel García Acevedo


 Tras el susto de las 3 de la tarde, donde la lluvia hizo su aparición y el retraso en salir de las hermandades que lo tenían que hacer en ese instante, a su hora, las 16,35, se pedía la primera venia en la Campana. Este año ha sido Gonzalo Díaz el niño elegido para tal fin.

El Señor de la Sagrada Entrada en Jerusalén entró en Campana con las marchas clásicas “Soledad de San Pablo” y “Consolación y Lagrimas” a los sones de la banda del Sol.

Pudimos ver en la delantera del paso, como si fuera ayudante del capataz, al Padre Ignacio Jiménez Sánchez Dalp, pregonero del año pasado. El paso llevaba un friso de claveles rosas sobre la canastilla.

 La hermandad de Jesús Despojado tardó unos minutos en aparecer por la Campana. Se produjo un vacío que no sabemos que explicación tiene. Los tramos iban estiradísimos y, en algunos momentos, con cortes. La explicación puede ser que se deba a la media hora de retraso con la que salió de su capilla y que el palio se quedara descolgado. Debido a este retraso el paso de misterio reviró en el palquillo a toque de tambor.

En la calle central la banda Virgen de los Reyes, con los nuevos uniformes, solo interpretó la marcha “Al compás de la Laguna” ya que con un andar ligero y fino a la vez el paso del Señor de Jesús Despojado se metió en Sierpes. El gran estreno del día, el techo de palio restaurado y las bambalinas exteriores bordadas nuevas relucían en ese instante ya que le daba el sol de pleno.

Su autor, José Antonio Grande de León, observaba su obra desde las sillas junto al palquillo del consejo. La Virgen de los Dolores y Misericordia discurrió con la marcha “Procesión de Semana Santa en Sevilla” interpretada por la banda de Pilas. Eran las 17,55 h. y el horario oficial decía que a las 17,20 h. debía estar la siguiente hermandad pasando.

El Cristo de la Victoria, este año sin mantolín, pasó a un ritmo lento y sobre los pies dando tiempo a la interpretación de hasta tres marchas a la agrupación de la Encarnación. El paso llevaba el característico exorno de claveles rojos sangre de toro, aunque a los pies del Señor se apreciaban unos lirios morados. Durante la lluvia le pusieron al Señor de la Victoria un chubasquero verde que en Campana ya no llevaba. El paso de la Virgen de la Paz tiene un andar muy sobrio, sin que se muevan en exceso las bambalinas ni los varales y siempre avanzando muy despacito. Desde que apareció por Velázquez hasta que entró en Sierpes fueron tocadas tres marchas por la banda de Santa Ana de Dos Hermanas. A la altura de la confitería Campana le fueron lanzados unos pétalos.

 El misterio de la Sagrada Cena discurrió por el inicio de la carrera oficial con las marchas “Refúgiame” y “Eucaristía” andando con un paso largo. En las jarras de claveles rojos aparecían clavadas espigas de carácter eucarístico. El Señor de la Humildad y Paciencia viene acompañado por los niños de la Escolanía del colegio Salesianos de la Trinidad que, con sus voces angelicales, cortejan magníficamente el paso. El exorno del paso eran lirios morados en las jarras y a los lados del Señor aparecían unas flores de varios colores. La Virgen del Subterráneo llegó a la Campana a los sones de la marcha “Noche del Jueves Santo en Sevilla” de la opera Margot de Turina. Todo una delicia para los oídos. La banda de Tejera es la agrupación que acompaña a la hermandad de la Cena desde hace muchos años y este es el primero sin Pepin Tristan. Su hijo, José Manuel, debutaba como director de la banda en la Campana. Posteriormente interpretaron “Virgen del Subterráneo” y “Corpus Chirsti” para, de esta manera, llegar a Sierpes. El retraso en ese momento era ya de 55 minutos.

La hermandad de la Hiniesta llevaba este año a la familia Ariza de capataces sustituyendo a Fernando Moreno, tras muchos años mandando los pasos de esta hermandad. El Cristo de la Buena Muerte discurrió por la Campana con tres marchas del repertorio de la agrupación Santa María Magdalena de Arahal, todo un clásico. Al Cristo se le cayó una de las potencias que tuvo que ser recogida de encima del paso por los servidores de la hermandad en la parada en el palquillo.

 La Virgen de la Hiniesta llevaba la mano derecha en alto, como si se estuviera secando las lágrimas con el pañuelo y la izquierda hacia abajo. Esta postura ha sido copiada de una foto de la antigua Virgen de la Hiniesta, de la que se cumplen 75 años de su pérdida por el incendio en San Julián. En la presidencia del paso había una representación municipal con el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirin, a la cabeza. La Virgen pasó por la Campana con las marchas “Madre Hiniesta” y “Estrella Sublime”.

El Señor de las Penas, de San Roque, discurrió con un andar lento y siempre de frente. La túnica del Señor era movida por una brisa lo que realzaba el momento. La banda de la Centuria interpretó para entrar en la calle Sierpes la marcha “Macarena” de Bienvenido Puelles.

La Virgen de Gracia y Esperanza pasó con las marchas “Corpus Christi” y “Pasan los Campanilleros” tocadas por la banda de las Nieves de Olivares. La Virgen salió tras la restauración a la que ha sido sometida recientemente.

Las bambalinas de este paso tienen un sonido característico y será el año que viene cuando esté terminado las nuevas bambalinas, réplicas de las actuales. Fue el primer palio que entró en Campana totalmente encendida la candelería.

La hermandad de la Estrella tuvo que estar bastante tiempo parada. La Cruz de Guía llegó a la Campana cuando todavía no había pasado la Virgen de la Hiniesta.

 El Señor de las Penas pasó con su andar característico, trianeando, con toda clase de izquierdos, costeros y pasos de frente. La banda de la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas interpretó hasta 4 marchas en Campana y otras tantas con el paso ya metido en Sierpes. La banda y el paso llevan unos años con una gran conjunción.

El exorno del paso eran claveles rojos y en las jarras rosas rojas. La Virgen de la Estrella llevaba el palio antiguo, el de Juan Manuel. Hasta el palquillo le tocaron “Estrella Sublime”. Posteriormente se interpretaron dos marchas realizadas para la coronación de la Virgen. En el cortejo litúrgico tras el paso iba fray Juan Dobado, prior del convento del Santo Ángel. El retraso en ese momento llegaba a los 65 minutos.

 Debido al frío intenso la Campana empezaba a quedarse semivacía. El Señor del Silencio con su andar majestuoso pasó con las marchas “Desprecio de Herodes”, “Silencio Blanco” y “En tus lágrimas, Amargura” a los sones de la banda de las Tres Caídas. A la Virgen de la Amargura le hicieron una levantá en el palquillo a pulso.

A los sones de su marcha tocada dos veces por la banda de Ntra. Sra. del Águila de Alcalá de Guadaira pasó por la Campana.

Hay que comentar que la banda de Alcalá tocó la marcha con la campana que suena, siendo la primera vez que se interpreta de esta manera en la calle. Que completo es este paso de palio que no se cansa uno de mirar.

El Cristo del Amor pasó con muy poco público que se había marchado a causa del frío que hacía a esa hora. Una pena que se lo perdieran. El paso llevaba un friso de claveles rojos en la canastilla.

La Virgen del Socorro discurrió con dos marchas interpretadas por la banda de las Cigarreras. Llevaba un tocado blanco y muy bien vestida. Cuando el paso se metió en Sierpes dieron las 12 de la noche, mucho retraso para un día que, afortunadamente, pudimos ver al completo y sin sobresaltos de lluvia, pero con mucho frío.

Fotos: Francisco Santiago










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