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Carta pastoral del Cardenal Amigo con motivo de la Jornada Mundial de oración por las vocaciones


Arte Sacro. El cardenal arzobispo de Sevilla, mons. Carlos Amigo Vallejo, ha escrito una carta pastoral con motivo de la Jornada Mundial de oración por las vocaciones, bajo el título "Haz latir el corazón del mundo". La Jornada se celebra el domingo 29 de abril. A continuación pueden conocer el texto íntegro de la carta gracias al gran trabajo que día a día realiza la oficina de prensa de la archidiócesis de Sevilla, con el compañero Pablo Enriquez a al frente.

"Haz latir el corazón del mundo"

¿Por qué razón no hay vocaciones para la vida sacerdotal y religiosa? ¿Dónde están las causas? Una y otra vez nos hacemos estas preguntas y no encontramos una respuesta que sacie nuestro deseo de conocer el origen de esta sequía vocacional.

¿Estaremos preguntando a quiénes no tienen la respuesta? Hacemos análisis sociológicos, nos cansamos de hacer encuestas sobre la situación de la juventud, buscamos a los culpables que puedan estar en el origen de esta ausencia de vocaciones: familia, ambientes, educación...

Cristo tiene la respuesta

 ¿No sería mejor que se lo preguntáramos directamente a Cristo? La respuesta no se hace esperar: ¡Ven conmigo! Déjalo todo y ayúdame a transformar este mundo en campo de Dios, en el que se cultiven los mejores trigos del anuncio de la palabra de Dios, de la celebración de los sacramentos, del cuidado de los pobres, de los enfermos, de llenarlo todo de justicia, de misericordia, de bondad, de paz...

La respuesta está en Jesucristo. No busquemos otras razones. Acerquemos a los jóvenes a Jesucristo, les pondremos a su lado, les haremos ver el rostro del Señor. Lo demás vendrá por añadidura.

Te ha tocado con su mano

Suele decirse que quien contempla de cerca y con devoción la imagen, acaba convirtiéndose en lo que la imagen representa. Para que se realice este cambio hay una condición: que la mano de Dios llegue y toque a cada uno y ponga en el corazón el fuego de un amor grande: el de la gracia de su Espíritu.

Si regalo tan admirable se necesita, habrá que pedírselo. Para eso, entre otras muchas importantes acciones, está la Jornada mundial de oración por las vocaciones. La súplica, la oración por las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada es tarea urgente e imprescindible.

Sin voz, no hay respuesta

Solamente después de haber escuchado a Cristo puede llegar la vocación. No nos empeñemos en que lo que justifique la vocación sean unas motivaciones, ciertamente nobles, pero que no tienen posibilidad para arrastrar a una incondicional y valiente entrega de la vida al servicio del amor de Dios manifestado en Jesucristo.

Si quieres "hacer latir el corazón del mundo", deja primero que Cristo haga vibrar el tuyo con la fuerza de su arrebatadora vida, entregada sin reserva a poner en el corazón de los hombres el mismo amor de Dios.

Los sacerdotes, los religiosos y religiosas, las personas consagradas, no son pregoneros de unas determinadas ideas, por muy apreciables que sean, sino de la vida y del amor de Cristo. Y lo hacen, ante todo, con el testimonio de su propia vida.

Un experto en Jesús

Quien trata de anunciar a los jóvenes a seguir una vocación sacerdotal o la vida consagrada, tiene que ser un experto en Jesús. Es decir, una persona embelesada por el Señor, llena de su Espíritu, entusiasmada con la doctrina y la persona de Cristo.

Solamente así podrá acercarse a los jóvenes y les hablará de lo que ha visto en Cristo y lo que ha oído de sus labios: si quieres venir conmigo, déjalo todo y sígueme.

La fuerza de este llamamiento hará despertar todo el inmenso caudal de posibilidades que se lleva dentro. Una de ellas, la más hermosa, es la de dedicar toda la vida al servicio de Cristo y a la ayuda de los demás.

La última palabra

Como Dios es siempre quien tiene la última palabra, le suplicaremos que nos envíe las vocaciones que tanto necesitamos. La respuesta de Dios llegará en una llamada a la responsabilidad de los jóvenes, para que sigan la invitación que el Señor les hace; a la familia, para que anime a sus hijos a responder al Señor; a toda la comunidad cristiana, para que no se cansen de orar por las vocaciones sacerdotales y religiosas.

Con mi bendición,

+ Carlos, Cardenal Amigo Vallejo

Arzobispo de Sevilla

 
Foto: Alberto García Acevedo.

Sitio relacionado: www.archisevilla.org









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