Provincia. Una mirada a la provincia. La hermandad de la Vera Cruz de Aznalcázar

Eduardo Fdez. López. La Hermandad de la Vera Cruz de Aznalcázar se funda en el convento de franciscanos mínimos de la Victoria el 18 de mayo de 1538.

La hermandad reside en una ermita propia edificada entre 1951 y 1963 junto a las ruinas del convento franciscano anteriormente mencionado.

En su retablo principal, de estilo gótico y procedente del colegio de Villasís de Sevilla es venerada la imagen de la Virgen de la Encarnación, a su lado se encuentra la capilla sacramental donde recibe culto el Santísimo Cristo de la Vera Cruz en un altar de estilo neogótico.

La estación de penitencia con un único paso, el del crucificado, tiene lugar el Jueves Santo, aunque esta salida procesional se venía celebrando desde el siglo XVII hasta que se interrumpiera durante el siglo pasado con motivo de la Guerra Civil.

Hasta entonces se podía ver en el cortejo a la Virgen de la Encarnación en un paso de palio.

Al finalizar la contienda comenzó la tradición de sacar a la Virgen en procesión de gloria en septiembre ya que anteriormente solo salía como dolorosa en Semana Santa y en algunas ocasiones como Virgen de Gloria en el Corpus.

Estas procesiones gloriosas de la Virgen convertidas en una autentica fiesta popular y mariana recogen gran protagonismo hasta el punto de abandonar la hermandad su estación de penitencia que no se recuperaría hasta finales de la década de los ochenta del, aunque suene raro, siglo pasado.

El Cristo de la Vera Cruz es un crucificado de tamaño natural realizado en el siglo XVII por un autor anónimo, aunque algunas de sus características lo acerquen al quehacer de Francisco de Ocampo.

Su paso es de madera de caoba con apliques y capillas en plata y es el antiguo de la Vera Cruz de Villanueva del Ariscal.

La imagen de Santa María Magdalena es de autor anónimo de finales del XVIII. 

La Virgen de la Encarnación también es de autor desconocido y del siglo XVIII. Para su salida gloriosa del tercer o ultimo domingo de septiembre procesiona sobre el antiguo paso de la Soledad de San Lorenzo.

Este paso cuya parihuela es de Antonio Zurita sobre la que se levanta una canastilla dorada del siglo pasado causó gran admiración entre los asistentes a la exposición que la hermandad sevillana organizó dentro de los actos de conmemoración del 450 aniversario de sus primeras reglas.

Ilumina el paso candelabros de plata de guardabrisas realizados en el taller de Manuel de los Ríos en la delantera y candelabros de cola también de plata, completan la orfebrería del paso jarras de Seco Velasco.

Fotos: Eduardo Fdez. López