Para el próximo Martes Santo, el misterio de San Benito, estrenará un angelito en su canastilla. Isabel Serrato Martín.

¿Qué sentiste, Alfredo, cuando te quitaste el costal, ante Él? ¿Qué se siente? ¿Le contaste que tu orgullo era ser su contraguía? ¿Le preguntaste por qué te quiso tan pronto a su lado? ¿Cómo es, Alfredo? ¿Es tan hermoso como ese día tu y yo lo vimos en la Capilla, y los dos con una sonrisa aseguramos que era lo más bonito que tenía San Benito? ¿Cómo es la Calzada del cielo? ¿Cómo se ve desde ahí arriba?

Cuántas preguntas te haría amigo, cuántas.

Cuando te despediste de tus compañeros de trabajadera, en aquella reunión del 2004, le pediste, a ellos, con un busto del Señor de la Presentación en tus manos, que los que se quedaran bajo él, llevarán a él con Alegría. ¡Qué doble sentido más hermoso de esa tu frase! Qué lo llevaran con la alegría que nos caracteriza a la gente de la calzá hasta cuando presentamos a Jesús al Pueblo. Y con la alegría que tu llevas en tu apellido, y que impregnó las nueve trabajaderas que hacen realidad, el sueño para Sevilla.

¿Qué has sentido, Alfredo Alegría, cuando ahora ha sido Él quien te ha dado los besos? ¿Estaba con Él nuestra Madre de la Encarnación? ¡Dime que ya ha dejado de llorar!

Tu última petición, una misa en San Benito cuando te llegará la hora. Qué pronto las manecillas del reloj llamaron a tu último suspiro. Pero se cumplió tu petición, allí estabas, portado por tu gente, los que te sentían como el Martes Santo, costado con costado. Además, yo sé que tu no querías tanto protagonismo, pero sobre ti, recaía una de las túnicas del Señor, junta a ella, tu costal, ese que tantas veces te sirvió para desde la segunda trabajadera, subir al cielo, al Señor con el que ahora dialogas. Te fuiste, nos dejaste, hasta siempre Alegría, pero lo que aún no sabes, es cual será tu papeleta de sitio el Martes Santo del 2009.

Yo si lo sé, porque sé como actúa el Señor. Él quiere que en su próxima evangelización por la calles de Sevilla, tu, Alfredo o Alegría que suena más calzadeño, seas un angelito de su celestial canastilla. Allí estarás, justo serás el ángel que más cerca este de la segunda trabajadera, o quizás el que más acaricie tu manigueta, quizás Alfredo, o Alegría que suena más calzadeño, ahora mismo estarás hablando con “el More” o con quien repartió los baberos más hermosos por Sevilla, “el lolo” de lo que es ser su contraguía, no quiero molestarte más, sigue disfrutando de tu coloquio. No te olvides, Alegría, que nosotros te llevaremos en el corazón. Nunca compartí trabajadera material contigo, pero si trabajadera del amor por el Señor de la Presentación.

Tengo dos personas, muy cercanas, que saben lo que es un trabajo Alegre, ellos lloran como tu cuadrilla entera, pero de consuelo, ese angelito, que estrenará San Benito para que sus compañeros siempre lleven al Señor de la Presentación, ese que sólo es nuestro, con Alegría.

A Don Alfredo Herrero Alegría, que se ha quitado ya el costal, para ser Angelito en la Calzada.

A toda la cuadrilla del Señor de la Presentación, en especial, a José María Jurado, que también tiene una estrella en el cielo, que lo guiará por la vida.

Foto: Francisco Santiago