Auxiliadora. Crónica de una Basílica para Sevilla

Ismael Marco. La mañana del 26 de octubre, a cinco meses justos de la celebración de la I ª Asamblea Inspectorial de María Auxiliadora celebrada en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, nuestra Auxiliadora nos hace el regalo de una Basílica más para la ciudad hispalense… Tres advocaciones para un mundo que tiene necesidad de Esperanza, que pide Auxilio en sus necesidades profundas y que sólo las podrán encontrar en el Gran Poder y Misericordia de Dios.

La Basílica de nuestra Auxiliadora está espléndida, como siempre, pero al mirarla esta mañana con ojos de fiesta adquiere un esplendor especial. ¡Cuántos detalles para la Madre en este día! Detalles de amor por todas partes… cariño, fervor, lágrimas de amor derramadas a raudales. No han podido entrar los que así tanto lo desearon. La basílica estaba literalmente abarrotada.

A las 12,30 horas, casi a la hora del Ángelus, comienza la solemne Celebración Eucarística, presidida por nuestro Sr. Cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo. Concelebran con él más de 30 presbíteros entre los que se encontraban el Sr Arzobispo Emérito de Mérida – Badajoz Don Antonio Montero, el Consejero Regional salesiano para Europa Oeste, D. Miguel Núñez Moreno y el Inspector Provincial Don Francisco Ruiz Millán.

Participan representaciones de más de 40 Hermandades de gloria y penitencia de nuestra ciudad y más de 30 Archicofradías y Asociaciones de María Auxiliadora de toda Andalucía. Una mención especial a la Archicofradía de la Casa de la Trinidad que ha asumido con garbo y elegancia todo el desarrollo logístico para el mejor éxito de la efeméride.

La celebración litúrgica comienza con unas palabras del Rector Mayor de los Salesianos dirigidas a la Asamblea por el Consejero General y la lectura del Decreto en latín y castellano por el Rector de la basílica Don Siro Vázquez. Terminada la lectura, los cohetes y el repicar de campanas anuncian a Sevilla que el Santuario de María Auxiliadora es oficialmente Basílica. Después se ha desarrollado toda la celebración de manera entrañable por su sencillez pero al mismo tiempo majestuosa por su empaque y solemnidad. El Sr. cardenal en su homilía resaltó las siguientes ideas: “estamos en una casa grande que acoge la inmensidad de Dios, un templo este, hermoso para la Trinidad , una Iglesia, Santuario y Basílica que se hacen pequeños para acoger la grandeza de Dios como el vientre de María a la que llamarán dichosas todas la generaciones. Hace una alusión al libro de los Macabeos diciendo que “mi gloria son mis hijos” en referencia directa a María Madre de la Iglesia.

El Sr Cardenal nos acerca a las Bienaventuranzas… a los pobres, a los que sufren, a los que sienten hambre y sed de justicia… presentando a María como modelo para los pobres, para los que lloran, viven perseguidos y cuantos sufren.

Luego el cardenal Amigo recuerda que esta Casa, esta Basílica está edificada sobre una piedra con cuatro caras: la cara que nos muestra a una Iglesia espléndida, viva por el amor que reparte, y libre pues la Palabra de Dios no está encadenada”. Una iglesia encendida por la caridad.

-Una iglesia joven y llena de esperanza . Nos recuerda a los salesianos el convencimiento de creer en los jóvenes, en sus posibilidades y en la necesidad de amor que tienen. Nos invita a quererlos con todas las consecuencias, como lo hizo Don Bosco.

- La tercera cara es la de la alegría salesiana que se manifiesta en descubrir la huella de Dios en la creación y en las cosas. Buscar siempre lo positivo tratando de sacar a flote las honduras de los jóvenes.

La cuarta cara de la Iglesia es el rostro donde se refleja el rostro de Dios, María Auxilio de los cristianos. Bendición, dulzura y auxilio.

Hay, además, dos caras que no se ven porque miran al cielo: el Espíritu de Dios que lo invade y llena todo y los hombres y mujeres del mundo que confían en la presencia y fuerza de Dios

Resalta el sentido de la fiesta de hoy y nos dice que todo sea para gloria de Dios y su Madre y también, cómo no, para gloria de la Familia Salesiana de la Trinidad ”.

Enhorabuena, Sevilla, cómo supiste acoger desde el principio, desde aquel 1892, a la Madre de Dios con este sugerente y actual título de Auxilio que es parte fundamental de la historia de este último tramo de la vida de nuestra ciudad. Ella mira “con sus ojos bajos” de amor la realidad de nuestro mundo y el corazón de nuestros jóvenes para llevarlos a Cristo, su Hijo.

Siguió la celebración con la solemnidad requerida y antes de concluir el Director de la Casa, Eusebio López Rubio, agradeció a cuantos han hecho posible este momento histórico. Hizo hincapié especial en la preocupación y en la gestión que ha llevado a cabo personalmente el sr. Cardenal.

Al finalizar el “Rendidos a tus plantas” el sr. Cardenal descubrió una placa, situada al final de la Basílica que recordará in perpetuum esta extraordinaria efemérides. Con un sencillo ágape en familia concluyó la celebración.

Ismael Marco Aguilar, Secretario de la Archicofradía María Auxiliadora Coronada para Arte Sacro