La hermandad de la Hiniesta rezó públicamente el Vía-Crucis con el Cristo de la Buena Muerte
Daniel García Acevedo. Uno de los actos precuaresmales de los que se celebran en nuestra ciudad a los que un buen cofrade no debe faltar, sin duda, es al Vía-Crucis de la hermandad de la Hiniesta con el Cristo de la Buena Muerte.
Tras el quinario que se ha celebrado desde el lunes al viernes, ayer sábado se realizó este ejercicio piadoso por las calles del barrio de San Julián.
Este año se retomó el recorrido habitual, tras el extraordinario del año pasado donde el Cristo de la Buena Muerte visitó el convento San Clemente.
La comitiva se dirigió al convento de Santa Paula, capilla de los Servitas, Parroquia de San Marcos y convento de Santa Isabel, donde se rezaron las distintas estaciones del Vía-Crucis.
Un trío de capilla acompañó en todo momento el discurrir del Vía-Crucis.
Fotos: Francisco Santiago.