Hora y media con Asenjo. El Fiscal. Diario de Sevilla.

Asenjo está aterrizando en Sevilla paso a paso. Tan pronto le vemos un día laborable en San Nicolás presidiendo una misa para la asociación Vida Ascendente, como visitando en la mañana del domingo a las religiosas del convento de San Leandro ("Pedid mucho por mí", le dijo a la superiora al despedirse). Pero este primer mes en su nueva diócesis no podía consumirse sin que tuviera un cara a cara con el presidente del Consejo de Cofradías.

Ocurrió el viernes a las doce del mediodía, en el despacho que se le ha asignado al coadjutor en la primera planta del Palacio Arzobispal, unas dependencias amplias porque en su día fueron sala de juntas y últimamente eran utilizadas por el Secretariado de Liturgia. El intermediario que hizo la función de introductor de embajadores fue Rafael Jaén, concejal del PP en Córdoba, que mantiene una relación más que solvente con don Juan José y que es un viejo amigo de Arenas. La reunión acabó a las 13:40 horas.

Arenas ya había hecho llegar previamente y por cauces válidos el enojo de las cofradías por no haber sido invitadas a la gran ceremonia de toma de posesión en la Catedral, una omisión que dolió y sorprendió especialmente a muchos hermanos mayores, sobre todo porque nadie se acordó de ninguna de las setecientas corporaciones de la diócesis en una lista de 3.700 invitados. Pero en esta primera toma de contacto no tocaba tratar tan espinoso asunto, sobre todo porque el protocolo no era responsabilidad de monseñor Asenjo. La charla fue distendida. "Yo soy un tramo más en la historia de la Iglesia de Sevilla", le dijo el coadjutor a sus dos interlocutores, con quienes habló sobre la figura del cardenal con reiterados comentarios de cariño. Lo definió como "padre y hermano". Insistió en la necesidad de que las cofradías sean una fuente de vocaciones para llenar el seminario, mostró su disposición a servirlas y aceptó la invitación para acudir próximamente a la sede del Consejo. Arenas y Jaén salieron muy contentos.

Parece que Asenjo también, porque los acompañó hasta la puerta, tratando de mostrarse siempre afable y cercano. Arenas le confesó que el mundo de las cofradías está "expectante" y viviendo un hito con la coincidencia de un cardenal y un coadjutor. El presidente sabe que una hora y media es poco tiempo para formarse un juicio fiable sobre una persona, le tiene especial afecto al cardenal Amigo, pero es consciente de la necesidad de que las cofradías (tras el desaire de esa toma de posesión de la que aún se busca al responsable) deben estar bien situadas ante el inminente inicio de un nuevo pontificado, pues se da por hecho que monseñor Amigo no tiene ningún interés en prórrogas. Arenas volvió a coincidir con el coadjutor en menos de veinticuatro horas.

Ayer se vieron Asenjo y un buen ramillete de hermanos mayores en el retiro espiritual previo a la cuaresma. El coadjutor se llevó un aplauso tras su intervención. Lo que seguro que ignora Asenjo es que en el Cabildo Catedral no le tocaron precisamente las palmas.

Estaba concertada la primera cita del nuevo arzobispo con los canónigos a las 9:30 horas de ayer, coincidiendo con la sesión ordinaria del primer sábado de mes. Pero el cardenal decidió enviar al coadjutor al retiro con las cofradías.

Resulta que todos los canónigos acudieron al encuentro con su nuevo pastor, se registró un lleno absoluto e insólito en el Cabildo y, al final, ¡menudo chasco! Había más canónigos que nunca largando por las esquinas de Alemanes y Placentines. Pero esa es otra historia, pues los conflictos entre el arzobispo hispalense y el Cabildo Catedral forman parte de la historia. En el vasto legado que el cardenal le deja a Asenjo figura un Cabildo Catedral habitualmente sumiso al ordinario del lugar. Para algo las canonjías ya no son por oposición, sino digitales. Y vaya cómo se nota.

Foto: Juan Alberto García Acevedo.