El Lienzo Nazareno. Alberto de Faría Serrano

Por la vereda del Pasaje de la Inquisición se ha prendido la miel de tu incienso. La lámina del río Betis dibuja la silueta barroca de la torre e inspira el lienzo de la incipiente primavera; los pinceles están impregnados de toda la paleta de color blanca y morada, dorada y esperanzadora del misterio pascual de Cristo. Castilla hoy es toda ella catequesis viviente de la Triana nazarena. Allí en la Casa más antigua del Barrio se da cobijo al Sacramento Divino hecho hombre.  El orbe se postra a los pies del Divino Nazareno.

Reconoces la solera en miradas que le llevan décadas orando y contemplando; ellos le dan presteza y longevidad al trazo  firme y seguro que sostienen la esencia del lienzo;  otras entusiastas que aun están madurando su estética, definen un trazo suelto efectista y rebosante de vida, es la renovación de  la praxis cristiana y pictórica: sin ellas el lienzo de la cuaresma se apaga y se torna tenebrista.

La oración cristiana es la que confiere la pasta de color siguiendo al Nazareno que nos redime; es el modelo y el maestro a la vez; el que  escoge el decorado de loza trianera y en el que por su Santa Cruz de Carey y Plata reaviva en la mente y en el corazón, la contemplación de los momentos supremos de su entrega por nuestra redención.

El Maestro comparece en su altar de Besapie; es en sí mismo Imagen de Fe,  donde se aglutina en la paleta el colorante de la Confianza y la pasta de la  fortaleza y el amor. Los alumnos abrazan la cruz de cada día, con la plata de las ocasiones grandes y el carey de los infortunios;  pero siempre en serena y profunda reflexión: sin menoscabo de que la vivan intensamente: el dolor, el abandono, el quebranto, la pena, valorando que todo eso lo hizo por amor a  nosotros  y cargar con todos nuestros pecados. Pintar como orar es un oficio que se realiza siempre en directo. No precisa de boceto por tanto. Boceto para qué. En Triana no conocen su significado. La rúbrica del lienzo quedará estampada con letras de oro en el Puente cuando la Cava esté repleta del Sol de media tarde.

Foto: Francisco Santiago