Opinión. Dichos y hechos. El Diputado de Cruces.
- No ha mucho, Don Adolfo Arenas, Presidente del Consejo General, ha dicho que no cree en la autofinanciación. Lamentablemente, parece que esto quiere decir que cree en seguir dependiendo de las subvenciones, patrocinios, donaciones y similares y, en consecuencia, de quien los da. Contrastan esta palabras con el discurso que dio para presentar los (tibios) acuerdos tomados por la asamblea general con respecto a la ley del aborto, en el que recalcó varias veces que habían sido absolutamente independientes de cualquier grupo, siguiendo la línea marcada por la Iglesia. ¿De qué grupos quería Don Adolfo desmarcarse? ¿Y por qué no de los que dan las subvenciones? ¿Qué significa eso que dijo, también hace poco tiempo, de “tú me das y yo te devuelvo mucho más”? Aunque, ahora, con lo de las catenarias, cualquiera le tose. Eso sí, ya veremos qué es lo que va a costar.
- “Con estos temas hay que tener mucha paciencia y estudiarlos muy despacio y ahora no es el momento, mejor después de Semana Santa”. Esta es la frase preferida de la autollamada ortodoxia. Y pasa la Semana Santa, se olvida todo y el año que viene desempolvamos la frase y vuelta a empezar ¿Cuánta paciencia debe tener la hermandad de la Resurrección? ¿Cuántos años más debe esperar una solución (la que sea, todo menos seguir en las actuales condiciones) que casi todos pedimos a gritos?
- “Aquí está ya todo inventado”. Otra frase muy repetida, pero ésta es mentira. Hay mucho que inventar y, gracias a Dios, creo que podemos hacerlo. El actual modelo (con una Campana imprescindible para lucir los pasos, las cuadrillas y las bandas) está agotado y sólo se necesita un poco de querer (que es poder) para adaptarnos a los tiempos que corren, como siempre han hecho las hermandades y para hacerle sitio a esos nuevos hermanos que se van incorporando. Y no lo duden, caben.
- “Ser de barrio, estar en el barrio y servir al barrio”. Perfecto. Pero, ¿es esto incompatible con hacer estación de penitencia, un día al año, en la Catedral de todos (todos) los sevillanos? Por lo visto, para algunas hermandades (las nuevas) sí. Les dicen que están mejor saliendo por sus barrios, evangelizando en sus barrios. Voy a re-escribir la frase. ¿Se imaginan al Señor del Gran Poder, visitando los rincones de su barrio, a tantas y tantas personas mayores que ya hace muchos años que no lo ven en su paso en la calle (y sé de lo que hablo) porque ya no se atreven a salir de noche (por seguridad, por enfermedad, por muchas razones), en vez de ir a la Catedral? ¿O a la Macarena paseando por los barrios que hoy ocupan las huertas que trabajaban los antiguos fundadores de la hermandad y que habitan tantos y tantos necesitados de Esperanza? ¿O a la Esperanza de Triana recorriendo todos los recovecos de la Cava? Las hermandades están todo el año en sus barrios y uno de ellos se convierten en cofradías y van con su barrio al centro. Todas, así debería ser (salvo cuando, por lejanía, es absolutamente imposible). ¿O es que la Semana Santa es una cuestión de antigüedad, como el funcionariado, eso sí, sin oposiciones?
- Una hermandad no puede ir a la Catedral porque, según se ha dicho, sus pasos van a salir de un tinglado, aunque su cuerpo de nazarenos se organice y salga de la parroquia. Y eso porque no ha podido encontrar a tiempo un avalista para obtener un préstamo con el que hacer una obra en la iglesia. Otra, va a ir a la Catedral desde una capilla en obras, remozada efímeramente (con los gastos de hacer y deshacer para unos pocos días). Lo que pasa es que, parafraseando a Orwell, parece que todas las hermandades son iguales, pero hay algunas más iguales que otras. ¡Ah! Y para los francotiradores: mi crítica no va para la Esperanza de Triana. Todo lo contrario. Me alegro muchísimo de que pueda salir de la calle Pureza y que tenga recursos para hacerlo. También me alegraría de que la hermandad del Sol pudiera ir a la Catedral y salir del interior de su parroquia. Mi crítica es para todos aquellos que no han querido gestionar una ayuda para esta hermandad (Consejo General incluido) y para todos esos hipócritas que se ponen gafas diferentes según a dónde miran, capaces de poner la forma (tinglado o no) por encima del fondo (la estación de penitencia en la Catedral), o mejor, para evitar el fondo.
- "Papá, ¿y yo por qué no puedo salir en la Borriquita como mi hermanito?" Es la frase que ha tenido que escuchar un padre de dos hermanos del Amor no hace muchos días y que, claro, no ha sabido contestar. Si ya es doloroso para una mujer adulta no poder acompañar a sus titulares en la estación de penitencia, en el caso de una niña de tres años es incomprensible. Y no se le cae la cara de vergüenza a nadie (incluyendo a quien lo permite). Pero, claro, este tema no se contempla...
- La presentación del pregonero por parte de la Delegada de Fiestas Mayores tampoco va este año en el libro del pregón. Y, para los que somos coleccionistas, es una pena, porque las presentaciones dan una muestra de cómo evolucionan la ciudad y sus gobernantes. El año pasado fue por lo que fue y este año porque a la delegada se le ha echado el tiempo encima, pues, según ha manifestado, no sabía que había que entregarla con anticipación (después de, repito, lo del año pasado) y, por lo visto, tampoco había nadie en la delegación que le avisara. ¡Ay! Aquellos polvos traen estos lodos.
- “Esto para mi secretario”. Ya he escrito que este asunto no tiene más importancia que la quiera dársele. El problema viene cuando el que la ha pronunciado le da esa importancia al enfadarse por una crítica. Si uno dice algo que al que escucha le puede parecer inconveniente (y lo ha parecido, sin duda), por timidez, por desconocimiento, por cansancio, por nerviosismo, por lo que sea, pues ya está dicho y, como decimos por aquí, “pa’lante”, que no pasa nada y si hay críticas, se aguantan. Cuando no se hace esto es, porque…., no sé, que cada uno piense lo que quiera. Mal empezamos, monseñor.
- Y del pregón no voy a decir nada, que ya hay expertos mejores que yo para hacerlo y lo han hecho. No sé si a los delegados de día que tumbaron la propuesta del presidente para dar un golpe de mano les habrá valido la pena. Pero, de lo que ha ocurrido, son ellos los que tienen casi toda la responsabilidad (o irresponsabilidad, según se mire).
En fin, ¡buena estación de penitencia a todos, hermanos!
Artesacro no se hace responsable de la opinión de sus colaboradores; en cualquier caso, pueden dirigirse a ellos directamente haciendo uso de la dirección de correo electrónico que aparece en la página.