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Estampas antiguas. Álvaro Pastor Torres. (Crónica de la 18ª de abono y fotos del festejo de rejones)


 El domingo de los Miuras es el día que más me acuerdo de mi época de abonado en el tendido 11, donde tanto aprendí de toros y hasta de vida. 11.6.48, no una fecha de nacimiento sino un lugar bien situado –una fila por detrás de la bocana o vomitorio- en una parte de la Maestranza que sigue siendo reserva espiritual de aficionados en estos tiempos de público ágrafo de todo conocimiento taurino. Con apenas 15 años era un calladito estudiante de BUP muy atento a lo que comentaban don Miguel, el maestro confitero o Juan Romero, el famoso y peculiar pintor sevillano, que de tanto ver toros hasta tenía dotes adivinatorias. Pasado el tiempo, sigo cultivándome en la Grada 4, pues como decía Aristóteles el hombre nada puede aprender sino en virtud de lo que ya sabe. 

Pablo, memoria viva de mi nuevo sector, recordaba antes de empezar la corrida tardes famosas del temido hierro de la A con asas, no solo aquellas de relumbrón que torearon Manolo González o Diego Puerta, sino también una en que Calerito le cortó las dos orejas a un Miura de banderillas negras alternando con el mejicano Jesús Córdoba. 

Precisamente la salida del quinto, un precioso berrendo, me hizo recordar antiguos ejemplares de la revista El Ruedo o fotografías de Arjona colgadas en tabernas de solera. Sólo faltó que aquello hubiera virado al blanco y negro y que por el patio de caballos hubiera aparecido un jovencito rubio del barrio torero y artillero de San Bernardo llamado Pepe Luis Vázquez. Pero el que se coló por la puerta de cuadrillas fue un espontáneo mientras el sexto pupilo de Zahariche esperaba a los cabestros, otra estampa antigua, y muy rara en estos tiempos, tanto que no pudimos poner en pie entre todos los de la grada cuándo saltó el último maletilla al dorado albero maestrante.Juan José Padilla logró cortarle una oreja a ese evocador berrendo, después de cuatro largas de rodillas en el tercio, algunas verónicas con buen estilo, un discreto tercio de banderillas, una faena con alguna apretura meritoria que fue cogiendo son a medida que pasaban los minutos ylas tandas y una estocada.

  

El Fundi, con sobrado oficio en este tipo de lides, casi me gustó más en el cuarto que en el primero, pues a éste, quizá el más noble de un encierro que no ha sido para nada peligroso, tardó en verlo y no se centró del todo. Valverde, sin opciones, ni en el flojo titular que hizo tercero ni en un serio y feo sobrero de El Serrano, sin cuello pero con malas intenciones, casi tantas como esta feria taurina de poco calado que hemos vivido y en ocasiones. 

Publicado en El Mundo de Andalucía, Edición Sevilla lunes, 04-V-2009

  

 

Fotos: Álvaro Pastor Torres.










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